Después de haber estado durante algo más de un mes trabajando como vendedor de seguros quería hablar de una cosa que ocurre en este trabajo y que creo que es significativo y que ilustra bien lo que ocurre en otros muchos sectores en España. Creo que sobra decir que esta experiencia ha sido enriquecedora y que el trato recibido tanto por mis compañeros como por mis superiores ha sido excelente.
Muchos ya conoceréis el sistema de «puerta fría», un sistema por el cual un comercial va tocando puertas e intentando vender un producto a los vecinos de ese edificio. De este sistema nacieron los «correos electrónicos en frío», «las llamadas en frío», etc.
No digo que este sistema no sea útil o que no pueda lograr resultados, ya que no tengo los suficientes datos que puedan respaldar este pensamiento, pero si me da la sensación de que este sistema está desfasado. Creo que hoy en día cualquier ciudadano no espera a que venga un desconocido a venderle un seguro a su casa sin previo aviso, sino que si ese ciudadano quiere contratar un seguro irá él personalmente a la oficina que considere o realizará comparaciones de precios y servicios en internet.
Es por tanto un sistema, como ya he dicho, desfasado y que aunque es verdad que hay comerciales que tienen una gran habilidad para conseguir sus objetivos no es menos verdad que es un trabajo con unos métodos de actuación primitivos.
También he comentado anteriormente que esto ilustra bien lo que ocurre en otros sectores, uno de ellos es la agricultura ya que es un sector en el que se siguen utilizando técnicas de hace 20 o 30 años y que sería necesario ir renovando con el fin último de aumentar la productividad en este sector. Lo mismo ocurre en aquellos sectores que producen bienes o servicios de menor valor añadido que en otros sectores.
La alergia que desprenden muchos sectores a la hora de querer dar el salto al mundo digital hará que acaben llegando otros sectores que terminen de desplazarlos por completo.
Un caso significativo es lo que ocurrió con la gigante multinacional Kodak, durante más de 70 años siendo una referencia en el mundo de la fotografía acabó en quiebra en 2012, ¿por qué? pues por no saber adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades de los consumidores.
Esta falta de renovación tanto de medios como de técnicas es lo que explica, en parte, que en España sigamos estancados y que no alcancemos los salarios que existen en países como Alemania, Suiza o Dinamarca.
Nuestro modelo productivo está desfasado y para que el nivel de vida pueda crecer hemos de producir bienes y servicios de mayor calidad y de mayor valor añadido, para esto la solución no son mayores ayudas ni subvenciones, sino menores gravámenes y menores regulaciones a aquellas personas que tengan ideas innovadoras o disruptivas.
La forma de conseguir que surjan nuevos modelos productivos que mejoren nuestras vidas no es machacándolos a impuestos, sino facilitándoles la creación de esos negocios.