«El terrorismo machista se ha cobrado más muertes desde el año 2003 que todo el terrorismo de ETA en su historia». ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase?
De unos años hasta aquí se ha convertido en algo muy frecuente el hecho de que al asesinato de mujeres por parte de sus parejas o exparejas se le considere como terrorismo, llegando a afirmar lo que decíamos al principio del artículo.
Todo este argumento cojea por un lado muy básico y es el de que no podemos llamarle terrorismo a este tipo de asesinatos, ¿por qué?
Pues porque porque para que una serie de asesinatos sean considerados como «asesinatos terroristas» estos asesinatos deben perseguir un fin político con el objetivo de romper algún tipo de orden existente o de infundir una especie de terror en la sociedad.
Es por ello que sí que es adecuado denominar a lo que hizo ETA durante años como terrorismo pero no sería fidedigno denominar a los asesinatos de mujeres como terrorismo.
Cuando un hombre mata a una mujer se pueden establecer muchas lecturas, pero ninguna de ellas es la de que ese asesinato ha sido para alcanzar un fin político ni para infundir miedo en la sociedad, por muy numeroso que sea ese tipo de asesinatos.
Hace unos días escuchábamos a la periodista Carme Chaparro comparar el terrorismo etarra con el «terrorismo machista».
Esta continua matraca de «terrorismo machista» que se repite constantemente no hace más que convertirse en un dogma que muchas personas ya han asumido como inamovibles y que ni siquiera se atreven a cuestionarse.
Como ya hemos dicho, a pesar de que la «violencia machista» se haya llevado más vidas que el terrorismo de ETA no es razón para validar el término «terrorismo machista», por los motivos que ya hemos mencionado.
Hay otros tipos de muertes en España que son mucho mayores que las de los asesinatos que se producen de hombres a mujeres, como son los suicidios (que en España supera las 3000 muertes anuales), el cáncer se lleva muchísimas más vidas que cualquiera de estos dos casos, las enfermedades cardiovasculares, también mueren más hombres a manos de otros hombres, etc.
Todos estos tipos de muertes mencionados no son ni más ni menos que cualquier otro tipo de muerte, son igualmente trágicas y no por el hecho de ser de una determinada forma son más o menos importantes. Pero en ninguno de los casos, a excepción de la violencia del hombre contra la mujer, se les llega a denominar «terrorismo».
Por tanto, es bueno que se siga luchando firmemente contra cualquier tipo de violencia, es bueno que la sociedad rechace de forma activa la violencia para que de esta manera lleguemos a alcanzar una sociedad sin ningún tipo de asesinatos, que sería algo de lo que todos estaríamos satisfechos, pero no por ello tenemos que incurrir en la mentira y en la manipulación porque lo que se puede conseguir es el «efecto rebote».
Que no nos chantajeen con sentimentalismo queriendo dramatizar aún más situaciones que ya de por sí son dramáticas con mentiras y más mentiras.