Hoy toca hablar del proteccionismo económico, esta filosofía o idea se define como «La política económica de restringir las importaciones de otros países a través de métodos tales como aranceles sobre los bienes importados, cuotas de importación y una variedad de otras regulaciones gubernamentales, encareciendo así dichos bienes de modo que no sea rentable».
Esta medida de política económica se basa en proteger a los comerciantes y trabajadores locales frente a los del resto del mundo. En un principio podría sonar bien, ya que nadie quiere que los empresarios y trabajadores de un mismo territorio quiebren y pierdan su puesto de trabajo.
De hecho un mito muy extendido para defender el proteccionismo es el de decir que gracias a esta política fue por lo que EEUU consiguió crecer tan rápido durante el siglo XIX en adelante, algo que ha quedado demostrado que no es cierto .Pero la cuestión es más bien si esta medida es efectiva o no lo es.
Desde un punto de vista de la libertad económica es un ataque frontal contra la libre interacción de las personas, ya que estamos restringiendo la competencia entre empresas al privilegiar a unas en perjuicio de otras. Si hacemos que los productos de fuera, por muy buenos que sean, se encarezcan mucho lo que conseguiremos será que los productos nacionales tengan mucha mayor demanda.
La acción anteriormente mencionada perjudica gravemente las libertades del resto de ciudadanos, ya que podrían comprar los mismos productos a un menor precio pero debido a los altos impuestos que acompañan a los productos extranjeros (los aranceles) finalmente se decantarán por los productos nacionales, aún pudiendo ser estos más caros y de menor calidad.
Por otra parte, esta medida no sólo privilegia a los empresarios locales de una industria concreta sino que también puede producir que se estanque su crecimiento. Es decir, al ser estos empresarios conscientes de que siempre van a estar protegidos de la competencia serán menos propensos a querer avanzar en dicha industria, y estarán más pendientes de satisfacer las demandas de aquellos que les otorgan ese estado de privilegio que las necesidades y deseos de sus consumidores.
Es frecuente ver, aquí en España, a empresarios de determinados sectores (agricultura, ganadería, taxi, etc) quejarse de la libre competencia y reclamar a su gobierno que adopten medidas proteccionistas. Estos suelen ser sectores que se han quedado «desfasados» y que buscan como última solución que se restrinja la competencia y obtener privilegios frente a las demás empresas.
En el caso de la agricultura, es frecuente ver como piden que se rompa con lo que ellos entienden por libre mercado en la Unión Europea porque creen que esto les perjudica gravemente, cuando es justo al contrario y es precisamente por la falta de libre mercado por lo que aún pueden dar salida «fácil» a todas sus exportaciones, ya que más del 90% de las exportaciones de hortalizas de España van a parar a la Unión Europea.
En definitiva, la solución pasa por dar mayor libertad económica y que sean los consumidores quienes decidan que productos y servicios quieren consumir, y que no les restrinjamos las posibilidades de elegir entre un producto u otro.