España e Irlanda fueron dos de los países que más gravemente resultaron afligidos por la crisis económica del 2008, junto con Portugal y Grecia.
Por un lado nos encontramos con España, que tuvo un «a punto de rescate» en el que recibió una inyección millonaria para rescatar a la banca y por otro lado estuvo Irlanda que sí que fue intervenida por la Unión Europea a pesar de negarse en varias ocasiones a serlo.
Las medidas que llevaron a cabo ambos países fueron muy distintas y eso se ha visto en el resultado a día de hoy. Tanto España como Irlanda tenían la obligación de sanear sus cuentas y de reducir el déficit, aunque un país opto por no aumentar los impuestos y el otro por subirlos como nunca antes se había visto en ese país.
¿Adivináis cuál es cuál?
España, primero con Zapatero y luego con Rajoy, experimentó una de las mayores subidas de impuestos de la historia, llegando a situarse el IVA en el 21%, también se subió el Impuesto de Sociedades, se subió el IRPF en todos los tramos existentes, el IVA de las bebidas alcohólicas, etc. Todo esto después de haber prometido que se iban a reducir de forma muy significativa los impuestos.
Como contraposición y aunque es verdad que Irlanda subió el IVA hasta el 23%, también hay que decir que se negaron a reducir el Impuesto de Sociedades establecido en el 12’5%, a pesar de las «recomendaciones» de la UE para que lo subiera. Por cierto, a diferencia de España en Irlanda el impuesto a la luz es del 13’5% en comparación con el 21% de España.
Al igual que sucedió con España, en Irlanda recortaron en su gasto público pero redujeron aun más el tamaño del Estado, al prescindir de 24.750 funcionarios, todo lo contrario sucedió en España no sólo con el no despido de funcionarios sino con la masiva contratación de los mismos, llegando a contratar a más de 30.000 funcionarios después de la crisis.
¿Cómo benefició a Irlanda un Impuesto de Sociedades tan bajo?
En la atracción de inversión extranjera, no son pocas las gigantes multinacionales que han establecido su sede fiscal allí, los irlandeses fueron conscientes de que no tenían grandes empresas propias y decidieron atraer capital extranjero bajando impuestos.
En primer lugar lo colocó como uno de los países de Europa más atractivos a la hora de residir fiscalmente allí , Google, Amazon, Facebook, Apple, Linkedin o Paypal son un ejemplo de grandes multinacionales que han decidido trasladarse a Irlanda.
En cuanto al IRPF, en Irlanda existen dos tipos de tramos:
Se aplica un 20% a aquellas personas que ingresen hasta 33.800 euros y un 40% a los que ganen más de 33.801 euros.
Mientras que en España existen estos tramos de IRPF:
Vemos que existe una mayor flexibilidad tanto en el Impuesto de Sociedades como en el IRPF en Irlanda en comparación con España. Esta mayor flexibilidad tanto para las empresas como para las personas es un incentivo más que atractivo para invertir y para la iniciativa a crear una empresa.
Estas ventajas económicas suponen que se llegue a ingresar más por Impuesto de Sociedades que manteniendo tipos efectivos más altos:
Estas menores complicaciones para las personas y empresas también hace que la economía crezca de forma sostenida de una forma brutal, hasta un 26% en 2015.
Este crecimiento de traduce en una mayor renta para los irlandeses, que ya superan a la media de la OCDE.
Como conclusión, en cuanto a Irlanda, podemos decir que unas mayores facilidades para crear riqueza y poder salir cuanto antes de la crisis se ha visto recompensada con un mayor crecimiento económico y con una situación que jamás se hubiesen imaginado en el país del trébol y del duende verde.
Por el lado de España, al ministro Cristóbal Montoro se le ocurrió que la mejor manera de recaudar más por todos los frentes posibles la solución no era dar mayor flexibilidad a las personas y empresas sino que había que subir todos y cada uno de los impuestos existentes.
En España se tributa por empresas entre un 23% y un 26%, muy alejado del país irlandés. Esto sumado al feroz gravamen a la renta supone una merma en el salario y las ganancias de personas y empresas, lo que a su vez supone una menor riqueza creada.
El tipo efectivo que se ha llegado (y se sigue pagando) en España, en una situación en la que se han destruido cientos de miles de empresas a lo largo de la crisis es algo que no ayuda nada a la creación y a la prosperidad de nuevas empresas.
Esta menor creación de riqueza se traduce inevitablemente en una menor renta per cápita:
Podemos ver que la Renta Per Cápita en España se ha quedado estancada en los últimos años.
Para finalizar, podemos ver con claridad como dos países que padecían una situación económica muy similar y que han seguido dos caminos muy distintos, han llegado finalmente a una situación muy distinta. Por el lado de Irlanda se traduce en mejores salarios y mejor calidad de vida, y por el lado de España se explica con trabajos precarios y salarios mediocres.
Irlanda también lidera el top-3 de países más ricos de la Eurozona, siendo el segundo sólo por detrás de Luxemburgo, mientras que España ni siquiera entra en el top-10.
Se ha demostrado que una mayor libertad (en este caso libertad económica) puede significar un mayor progreso y un mayor crecimiento, que aún bajando impuestos se puede generar mucha riqueza para la sociedad. Y que no por subir impuestos de forma salvaje se va a llegar a un mejor estado, como se ha demostrado en España durante el mandato de Mariano Rajoy y como se está visualizando ya con el de Pedro Sánchez.