La República de Argentina tuvo en el pasado domingo una previa de lo que con mucha seguridad va a suceder en las próximas elecciones generales del 27 de Octubre, y es que el candidato peronista Alberto Fernández se postula como próximo presidente del país, con Cristina Kirchner como segunda espada. El actual presidente Mauricio Macri parece haber pagado caro la situación en la que se encuentra actualmente el país albiceleste.
Para poder hablar de la situación actual es inevitable mencionar lo sucedido durante el mandato del matrimonio Kirchnerista.
Y es que con el default o suspensión de pagos del año 2001 a Argentina no le querían prestar dinero los inversores extranjeros, por lo que el Gobierno Peronista optó por imprimir aún más pesos para poder financiar su gasto público. Y lo que ocurre cuando hay más oferta monetaria que demanda es que se produce una inflación, y eso es lo que sucedió en Argentina.
El peso argentino se depreció muchísimo con respecto al dólar americano (la moneda de referencia) hasta tal punto que el Gobierno en 2011 implantó el «cepo cambiario» que restringía a su población comprar dólares, es decir, que cambiaran un dinero como el peso que cada día tenía menos valor por uno como el dólar que mantenía su poder adquisitivo y su fiabilidad en los mercados. Todo esto se mantuvo hasta la llegada de Macri al poder.
Con Macri la deuda pública tampoco ha dejado de crecer, y aunque es verdad que se encontró un agujero que rozaba el 53% del PIB argentino su desacierto ha provocado que hoy esa deuda se eleve hasta el 86% en apenas 4 años.
El actual presidente, siguiendo el ejemplo de Mariano Rajoy, subió los impuestos y subió también el Gasto Público del país, llegando a ser este gasto del 41’67% sobre el PIB, el mayor gasto público de la historia de Argentina.
Y claro, si en una economía que se encuentra en recesión le subes los impuestos a familias y empresas para poder financiar un gasto hipertrofiado lo normal es que aumente el déficit, y es lo que ha sucedido y por ello (aunque no sólo por esto) el déficit público en Argentina hoy en día roza el 6%. Tanto con los Kirchner como con Macri los ingresos no cubrían por completo los gastos, por lo que se seguía incrementando el déficit.
La inflación, algo que preocupa mucho al FMI, fue en 2018 la más alta en los últimos 27 años llegando a alcanzar el casi el 50%. Este organismo ya ha prestado más de 50.000 millones de dólares al país latino-americano y no es nada optimista con la capacidad de Argentina para poder ya no sólo devolver el préstamo sino para no tener que seguir inyectando miles de millones a la economía argentina. La mayor o menor capacidad de Argentina se debe en parte a la incapacidad de Macri para haber ajustado su plan económico, al haber aumentado el Gasto Público tuvo que aumentar los impuestos para poder financiar ese gasto, si en lugar de aumentar el gasto social se hubiera hecho un ajuste hoy en día la economía argentina no estaría en una situación que pinta más mal que bien en los próximos años.
De hecho, ni la inyección masiva de dólares ha conseguido frenar la depreciación del peso argentino frente al dólar americano, tal es así que para adquirir un dólar los ciudadanos argentinos tengan que depositar 45 pesos, o dicho de otra manera, un dólar vale 45 pesos. Esta es una de las consecuencias de no parar la inflación a tiempo.
Ni los Kirchner ni Macri han sido capaces de hacer crecer de forma sostenida a Argentina, y el país albiceleste se encuentra en una situación límite, o reajustan sus cuentas o su economía puede caer en un pozo del que duramente se sale.
Gane quien gane en las próximas elecciones debe tener una cosa bien clara, si no reajustan su balance y recuperan su credibilidad para con los inversores les va a ser muy difícil conseguir financiación a largo plazo.
El riesgo del default es algo que no parece muy lejano viendo las previsiones actuales, para más información se puede ver el hilo completo de Juan Ramón Rallo en Twitter:
El fantasma del default de 2001 puede volver a suceder si se ahuyenta al capital o se le expulsa del país con inestabilidad y medidas severas.