Con la subida del Salario Mínimo Interprofesional de 735’90 euros brutos en 14 pagas a 900 euros brutos en 14 pagas se ha generado mucha polémica alrededor de cuáles pueden ser las consecuencias, si pueden ser positivas o por el contrario desatarán una oleada de paro mayor del que tenemos hoy en día.
Cuando hablamos de una subida del SMI tenemos que tener en cuenta varios factores, entre ellos se encuentran el nivel de paro, el índice de temporalidad, los costes empresariales tanto para crear empleo como para despedir trabajadores, el crecimiento económico, etc.
Tanto el PSOE como Unidas Podemos se han reafirmado en que esta subida supondrá una ayuda a los trabajadores que se encuentran en las capas más bajas y con un sueldo que no les permitía llegar a costearse una vida normal.
Con este incremento del 22% se producen tres situaciones en relación al empleo:
-Trabajadores que perciben mayor salario.
-Trabajadores que son despedidos.
-Trabajadores que no son contratados.
Los primeros son los únicos beneficiados por esta subida del salario mínimo, que según CCOO podría haber afectado en torno a 1’2 millones de trabajadores en España. Pero ni siquiera los datos de CCOO están bien analizados ya que no se tiene en cuenta la jornada que trabajan los empleados, ya que tan sólo un 1’27% de aquellos que cobran por debajo del SMI están trabajando a jornada completa. Estos trabajadores percibirán alrededor de 12.600 euros brutos al año, a diferencia de los 10.302,6 que recibían hasta hace poco. Con esta subida del SMI se reducen los beneficios empresariales y ese es el motivo por el que los siguientes trabajadores se ven afectados de forma negativa. Por lo que sí, esta medida favorece en el mejor de los casos a en torno 240.000 trabajadores que son los que trabajan a jornada completa.
Aquellos trabajadores que son despedidos lo son porque se reducen los beneficios empresariales como consecuencia del aumento de los costes por trabajadores, y al aumentar estos costes aquellos trabajadores que sean menos prioritarios para la empresa serán despedidos porque no podrán generar mayor beneficio para la empresa del coste que les genera.
Uno podría pensar que aunque los costes laborales sean elevados también lo son los beneficios empresariales y por tanto no existe problema alguno a la hora de contratar, y que el único impedimento es la salvaje codicia del empresario. Pues bien, los beneficios empresariales en España con relación a los salarios reales no son tan elevados sino que tan sólo están un poco por encima y las empresas en España no se están hinchando a ganar dinero a costa de sus trabajadores.
En el gráfico de aquí arriba vemos como el excedente es alrededor de 1 punto superior a los costes, parece obvio mencionar que si el coste fuera superior al excedente no se contrataría a nadie.
Hay que tener en cuenta que los costes por trabajador no se reducen únicamente a la cifra que figura en la nómina del trabajador, sino que hay otras retenciones, seguros, e impuestos que aumentan estos costes.
Este es un ejemplo de cuánto suponía el coste real por trabajador en el año 2014:
Por tanto, si sumamos el salario percibido + retenciones a la Seguridad Social + Pagas extra + Vacaciones pagadas + Otros, nos encontramos que el coste laboral es de 1.100 euros mensuales, por lo que un trabajador para no ser despedido en 2014 tenía que generar un beneficio mensual superior a esos 1.100 euros.
Hoy en día y con la subida del SMI una persona para poder acceder a un puesto de trabajo o para conservarlo ha de generar más de 1.355 euros, como mínimo. Como es obvio, muchos trabajadores no llegan a producir este beneficio y es por ello por lo que los empresarios se ven obligados a reducir la plantilla de trabajadores.
Es muy complicado analizar aún en Septiembre y no a final de año las consecuencias reales de esta subida, pero lo que sí podemos observar es que los últimos datos del paro han constatado que éste ha aumentado en 57.371 personas y esto indica que es el mayor aumento desde el año 2010. Sería injusto achacar este aumento al incremento del SMI ya que influyen otras muchos otros conflictos como son la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit o la desaceleración económica, pero lo que sí se puede decir es que esta medida desde luego no ayuda a que disminuya el paro.
Por último, aquellos trabajadores que no son contratados no lo son porque como ya hemos comentado al verse reducido el margen empresarial habrá un menor número de empresarios que se atrevan a contratar a alguien, también se reducirá el número de personas que se atrevan a dar el paso al mundo empresarial, y por tanto se pierden muchísimos empleos que podrían crearse en caso de no haberse aumentado el SMI. Por lo que aquí se desmiente el mito de que a quién más afectaría esta subida es a las grandes empresas, porque de hecho son las grandes empresas las que pagan salarios más altos.
El Banco de España estimó en 125.000 empleos perdidos una de las consecuencias de esta subida, como ya digo aún es pronto para saber realmente las repercusiones que esta medida ha tenido y seguirá teniendo.
«The Economist» también criticó recientemente esta subida exagerada del salario mínimo teniendo en cuenta el nivel de paro y el nivel de temporalidad del empleo que existe en España.
Lo que si podemos afirmar a día de hoy es que esta medida ha tenido consecuencias positivas y negativas, más bien negativas ya que afectan a más personas y echan «leña al fuego» en un contexto económico que no está en su mejor momento.