Existe una especie de mantra alrededor de los términos políticos de «liberal» y «conservador» por el cual parece que son sinónimos o como poco que están relacionados, pero la realidad no se acerca ni de manera aproximada a esta percepción.
A lo largo de la historia, y en la actualidad, muchísimos conservadores se han hecho llamar así mismo liberales, incluso socialdemócratas como Pedro Sánchez han declarado que son liberales, hasta el propio Íñigo Errejón ha hecho guiños con el liberalismo, todo esto sin tener en cuenta que populistas de derechas como son los conservadores de Vox reivindican su condición de «liberales» al tiempo que son igual de incongruentes que los anteriormente mencionados Sánchez y Errejón.
Pero la pregunta en cuestión es, ¿por qué no tienen nada que ver el liberalismo con el conservadurismo?, o dicho de otra forma, ¿por qué no se parecen liberales y conservadores?.
Quizás el punto más importante a destacar es que un conservador, por lo general, siempre estará a favor de mantener el tamaño del Estado e incluso de acrecentarlo con motivo de mantener el orden civil, de preservar las costumbres y promover el sentimiento de nación. Un liberal, por el contrario, sólo será partidario (como mucho) de un Estado Mínimo (minarquismo) que se asegure de que se cumpla la ley y de la defensa.
Un matiz importante a destacar es que el conservadurismo, al igual que cualquier otra doctrina colectivista, ve a las personas encuadradas en grupos y no las ve como individuos por lo que les asigna una moral como si esa fuera compartida al 100% por todos los integrantes de ese grupo y trata de imponer su moral al resto de la sociedad. El liberalismo sostiene que cada persona es autónoma y libre de tener su propia moral y sus propios valores, y que sólo si no violenta las libertades de otras personas puede tener aquellos valores que crea conveniente, por lo que no trata de imponer sus valores a nadie. Cualquier intento de imponer unos valores sobre el resto sería un ataque contra las libertades y por tanto sería anti-liberal.
Otra cuestión relevante es sobre la idea de nación y de soberanía nacional. Un conservador sostiene que se ha de promover un sentimiento de la propia nación, y que cualquier intento de desintegrar esa nación no sólo no podrá ser promovido sino que deberá ser sancionado. Un liberal no está directamente en contra de la idea de nación siempre y cuando ésta no intente imponerse sobre el resto de ideas, un liberal sostiene que todas las ideas son libres de ser defendidas siempre y cuando no intenten interferir en la vida de los demás, por lo que cualquier intento de imponer la idea de nación o el sentimiento de patria no sería en absoluto algo liberal.
Si hablamos de inmigración también podemos constatar diferencias entre ambos, por un lado los conservadores están en contra de la libre circulación de personas bajo la premisa de que pueden alterar muy negativamente la estabilidad del país, contrariar su cultura, sus costumbres, también los extranjeros quitarían trabajo a los nacidos en el propio país, la economía se vería afectada negativamente por la presencia de extranjeros, etc. Un liberal estaría a favor de la libre circulación de personas ya que no existen motivos objetivos para estar en contra de ella, ni dañan a la economía, ni generan una ola de delincuencia más allá de la que ya hay en el país, ni la cultura propia del país se verá afectada. No es casualidad que los países más prósperos sean también aquellos en los que la inmigración juega un papel importante.
Por ejemplo, en Singapur hay un 46’75% de inmigrantes sobre la población total del país, en Suiza es casi del 30%, en Estados Unidos de un 15’27% y en Irlanda de un 16’7%. Es decir, hablamos de países punteros que tienen un flujo de inmigrantes mayores que la media de la UE y que han visto como el hecho de que la inmigración haya aumentado en los últimos años no sólo no ha afectado negativamente a la economía sino que han seguido creciendo de la misma manera.
En el terreno de los impuestos es donde más suelen coincidir liberales y conservadores pero teniendo muchas discrepancias. Como ya digo, a pesar de que un liberal ve como un ataque contra la libertad el hecho de que le sea arrebatado una parte de su renta o riqueza para financiar un Estado, también ve como algo irremediable que tenga que existir una forma por la cual un municipio, una comunidad o un país sufraguen el gasto que supone tener defensa, tener un sistema que garantice el cumplimiento de las leyes y también el de un sistema subsidiario que impida que haya personas que se queden «descolgadas» del sistema. Todo esto mencionado formaría parte del «Minarquismo», es decir, un Estado Mínimo. Mientras un liberal puede defender lo anteriormente expuesto, un conservador iría mucho más allá y defendería todos aquellos impuestos que conllevaran a mantener su moral y su ideología, así como subvenciones a aquellos símbolos y tradiciones que formen parte de su seña de identidad, promoción del sentimiento de nación, promoción de la cultura del país, el idioma, etc.
Un conservador, por lo general, es menos partidario a los impuestos que un socialista, un socialdemócrata o un progresista, pero siguen siendo partidarios de aquellos impuestos que financien sus intereses, mientras que un liberal siempre defenderá que exista la menor cantidad de impuestos posibles.
En cuanto a la libertad individual es donde mayor distancia hay entre liberales y conservadores, mientras un liberal es favorable a cuestiones como aborto, gestación subrogada, eutanasia, prostitución, drogas, y en definitiva cualquier cuestión que implique darle su libertad a la población civil, un conservador estará en contra de aquellas acciones que les resulten inapropiadas a su moral y su ética.
Que el liberalismo esté a favor de la libertad no implica que se le exima al individuo de las consecuencias de sus acciones, lo que hace es permitirle que ejerza su libertad.
Que muchas acciones que pueda llevar a cabo un individuo sean perjudiciales para él no implica que de forma coactiva y paternalista debamos impedirle realizar esas acciones.
Por tanto, si bien liberalismo y conservadurismo pueden ser compatibles entre sí, ya que muchas personas se declaran como liberal-conservador, no son sinónimos y por ende tienen muchas cosas que diferencian a estas dos ideologías políticas.