La encrucijada de Boris Johnson: Dimisión o Moción de Censura.


El primer ministro británico, Boris Johnson, puede acabar pagando muy caro su desesperado intento de conseguir el Brexit a toda costa aunque ello implique que se haga «por las bravas», esto es sin acuerdo pactado con la Unión Europea.

Hasta la llegada de Boris Johnson se ha tratado de llevar a cabo esta salida del Reino Unido de una forma pactada con la Unión Europea, si bien es cierto que lo han llevado de una forma lenta no es menos cierto que no es de recibo romper las negociaciones y proponer como única alternativa que la salida del Reino Unido de la Unión Europea se debe llevar a cabo antes del 31 de Octubre del 2019.

El líder de los «tories» llegó a decir que prefiere estar muerto en una zanja antes que pedir otra prórroga para el Brexit.

Una prórroga, que por cierto, aplazaría la salida de UK hasta el 31 de Enero de 2020 (y que es lo que con casi toda seguridad va a ocurrir).

Esta misma prórroga de la que hablamos es la que fue aprobada por el Parlamento Británico por 327 votos a favor y 299 votos en contra, con lo que eliminaba casi cualquier tipo de duda sobre la posibilidad de un Brexit duro. Ante esta situación, Boris Johnson pidió que se llevaran a cabo elecciones anticipadas con la intención de obtener una victoria que le permitiera llevar a cabo su Brexit duro, pero tampoco consiguió esto puesto que necesitaba la aprobación de 2/3 de la Cámara de los Comunes (obtuvo 298 votos de los 434 votos necesarios).

Viendo que se le cerraban todas las posibilidades se le ocurrió la idea, que puede incluso llevarle a la cárcel o como poco provocar su destitución como Primer Ministro y el fin de su carrera política, de cerrar el Parlamento Británico con el objetivo de escarmentar a aquellos comunes que no votaron a favor para así poder aprobar el Brexit sin acuerdo con la UE.

El problema para Boris ha venido hace unos días y es que en una sentencia histórica el Tribunal Supremo Británico ha emitido que el Primer Ministro actuó de forma ilegal ante el cierre del Parlamento y que de seguir por esta vía puede costarle caro. No olvidemos que en el Parlamento reside la Soberanía Nacional y que cualquier ataque a ella constituye un delito grave.

Boris Johnson se enfrenta ahora al complicadísimo escenario de dimitir o que le cesen en el mejor de los casos para él, para ello la oposición debería plantear una moción de censura.

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Lo segundo es bastante complicado que ocurra ya que ni los Laboristas ni los Liberal-Demócratas se van a arriesgar a darle un balón de oxígeno tal y como está la situación para Boris.

De no suceder ninguno de estos dos escenarios, ni la dimisión ni la moción, y de llegar al 31 de Octubre desobedeciendo la ley, Boris Johnson sería cesado y posiblemente procesado. Pero ya digo que es un escenario remoto, porque por muy extravagante que sea Boris no creo que esté dispuesto a ir a la cárcel.

Difícilmente se esperaba este escenario el líder conservador hace un mes, un escenario que ni en el mejor de los sueños esperaban los partidarios de continuar en la Unión Europea y que deja muchas incógnitas en el aire.

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