En los últimos días, multitud de celebridades han anunciado que se sumarán a la lucha contra el Covid-19 a través de donaciones para contribuir al suministro de material sanitario y de todo aquel material que necesiten los hospitales y los profesionales sanitarios.
Así pues, personajes como Ernesto Sevilla, Pep Guardiola, Amancio Ortega han donado dinero y muchas más empresas están cediendo sus instalaciones para ayudar en lo que se pueda contra esta pandemia. Todas estas ayudas deberían ser tremendamente aplaudidas y celebradas casi al unísono, pero como no podía ser de otra forma «toda buena acción tiene siempre su justo castigo».
No han tardado en salir numerosos tuiteros para criticar con dureza todas estas donaciones, eso sí, mientras aplauden la ayuda de China o de Cuba (aplauso al que me sumo). Donaciones que, según ellos, tratan de blanquear la imagen de alguno de estos y que no deberían hacerse públicas porque, según ellos, una donación se ha de hacer en silencio porque de lo contrario deja de ser una donación.
Un conocido tuitero de izquierdas como es Gerardo Tecé decía esto ayer:
Por otro lado, siguiendo con la misma línea decía esto PabloMM:
Descontando la completa ignorancia al no entender que una donación sigue siendo una donación tanto si la persona que la hace lo dice públicamente o no lo dice, lo que se esconde en estos mensajes es la falsa «superioridad moral» de este tipo de gente.
Son preferibles las muchas o pocas donaciones que puedan hacer tanto los personajes públicos como cualquier ciudadano, que los discursos llenos de resentimiento de todos estos tuiteros con más odio que razones. Pues se escudan en la matraca crónica de que muchos de estos empresarios que ahora donan, como Ortega, lo hacen para blanquear su imagen porque no pagan ningún impuesto o que paga menos de lo que debería. Algo que es radicalmente falso, y si de verdad existiera algún tipo de prueba lo que se debería hacer es denunciar a cualquiera de estos personajes y llevarlo a juicio.
Por otro lado, no se valora lo suficiente el hecho de exponer a la opinión pública que se ha donado una determinada cantidad de dinero o que se van a dar todas las ayudas «en especias» disponibles para ayudar. El hecho de exponerlo puede llevar a muchas otras personas a sumarse a la causa y a que se extienda entre mucha más gente de la que se podría extender si todos los que donan se mantuvieran en silencio. Claro que decir públicamente que se ha donado va a beneficiar a su imagen, pero ¿por qué no debería beneficiarle?
De la misma manera que ponemos en valor y celebramos cuando una persona dona sangre o médula y lo hace público, también deberíamos valorar y celebrar que una persona donde dinero o ayude de la forma que sea a una determinada causa, ¿por qué decir públicamente que se dona está bien en una situación y está mal en otra?
Necesitamos muchas más donaciones y ayudas de todo tipo, da igual de quien venga. Me da igual si las donaciones vienen de dictaduras como la china o la cubana, de un actor como Ernesto Sevilla, de un entrenador de fútbol como Pep Guardiola o de un empresario como Amancio Ortega, debería dar igual.
Porque aquí lo que está en juego no es la ideología de nadie, lo que están en juego son vidas y la salud de muchísimas personas.