Covid-19: La insolidaridad de España e Italia, no de Países Bajos y Alemania.


La crisis del Covid-19 no sólo está pasando una alta factura para las sociedades de todo el mundo en materia de salud pública, sino que también está pasando una importante factura en materia económica especialmente para países como Italia o España.

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Ambos países europeos han solicitado asistencia al resto de países miembros de la Unión Europea para poder afrontar la situación económica de los próximos meses con garantías de poder superarla. Por su parte, algunos miembros como Alemania o Países Bajos si bien han manifestado que ofrecen su ayuda y que no van a dejar a Italia o España (los más afectados) abandonados a su suerte, también es verdad que no pretenden dar un cheque en blanco a dichos países.

Desde los medios de comunicación patrios, se ha tratado a Países Bajos y a Alemania como a países que se desentienden absolutamente de la situación de España e Italia, como a países que se encasillan en el «sálvese quien pueda» y que, de alguna extraña manera, no son lo suficientemente solidarios con aquellos países que lo están pasando tan mal y que lo seguirán pasando mal en el futuro cercano.

Todo esto tendría sentido si tanto Alemania como Países Bajos se hubieran negado rotundamente a prestar ayuda económica a España o Italia, pero es que no se ha producido dicha situación. Han sido dos los mecanismos que se han abierto a prestar cantidades mil-millonarias a aquellos países que necesiten de estas ayudas:

  • Por un lado, el BCE se ha comprometido a inyectar 750.000 millones de euros a través de la compra de deuda pública y privada.
  • Por la otra parte, el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) posee una capacidad de financiación a largo plazo de hasta 500.000 millones de euros para los países que soliciten su asistencia.

Con lo cual, no podemos decir que tanto Alemania como Países Bajos se hayan negado a ayudar económicamente a España o Italia, como miembros de la UE. Lo que si es verdad es que estos dos países se han negado a ayudar a España e Italia sin ningún tipo de condiciones, porque tanto la asistencia del BCE como la del MEDE requieren de unos ajustes para poder recibir dichas ayudas.

Lo que no pretenden Alemania y Países Bajos es pagar los tejemanejes de los políticos italianos y españoles, políticos que lejos de intentar buscar una solución que a largo plazo les ayude a reducir la deuda pública, lo que buscan es seguir incrementándola poniendo en peligro la estabilidad ya no sólo de sus economías sino de las del resto de países miembros de la UE.

Alemania y Países Bajos, que han hecho esfuerzos considerables para reducir sus deudas durante la pasada crisis económica y durante los años de recuperación, no están dispuestas a ceder ante quienes no han hecho nada por reducir sus deudas sino que las han aumentado de forma considerable.

Mientras España e Italia llegaban ( en el año 2018) a una deuda pública del 97’1% y del 132’2% del PIB respectivamente, Alemania y Países Bajos contenían sus deudas (60’9% y 52’4% de forma respectiva).

A todo esto hay que sumarle varias cosas, una de ellas es que Alemania y Países Bajos han visto que mientras que España e Italia no hacían nada por reducir su deuda pública, otro país que pasó por graves dificultades económicas durante la crisis del 2008 e incluso pasó por una situación peor que la de España, como fue el caso de Irlanda, ha llegado a reducir su deuda hasta dejarla en un 64’8% sobre el PIB (2018) habiendo tocado techo en el año 2013 con el 120% de deuda sobre el PIB.

Por otro lado, mientras España aseguraba a Bruselas que rebajaría el déficit desde el 2’5% hasta el 2%, lo que ha hecho es aumentarlo hasta el 2’7%.

Con lo cual, Alemania y Países Bajos se han encontrado a una España que (1) no ha hecho casi nada por reducir su deuda pública en los últimos años, como sí han hecho ellos, (2) ha incumplido su promesa de déficit, (3) pedía hasta hace pocos meses aumentar el objetivo de déficit y (4) pretende conseguir ayuda económica sin ningún tipo de condición aparejada.

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Viendo todo todo esto, es normal que estos países no confíen en unos políticos como los españoles y que quieran imponer una serie de condiciones para que España tenga que ajustar sus finanzas de cara al futuro.

Por último, tampoco es de recibo calificar de «insolidarios» a estos países cuando se han comprometido a poner en marcha los mecanismos de ayuda que ya hemos mencionado, en todo caso habría que calificar de insolidarios a España e Italia por querer aprovechar la situación económica de Alemania y Países Bajos para ganar credibilidad financiera, por querer ayuda sin ningún tipo de condición para poder seguir con las mismas políticas que les han traído a esta situación, y por no haber hecho ningún tipo de esfuerzo por reducir sus deudas públicas mientras que otros países más responsables sí lo hacían.

No confundamos «insolidaridad» con «ingenuidad», Países Bajos y Alemania han demostrado la suficiente solidaridad y lucidez que no han demostrado los políticos españoles e italianos.

 

 

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