En el día de ayer, el portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique dedicó varios tuits contra un ciudadano en el que básicamente lo señalaba con el dedo y en el que además publicaba una imagen del citado.
Este tipo de prácticas, a las que el propio portavoz y diputado califica como «mafiosas» es a las mismas que recurre el propio Echenique y a las que recurren desde puestos de importancia en Unidas Podemos.
Este bochornoso episodio de Pablo Echenique, en el que no sólo publica una foto de una persona sino que alienta a sus seguidores a «tener cuidado», es sólo una muestra más del afán totalitario de Podemos. Si un grupo que es la cuarta fuerza política y que está en el Gobierno es capaz de hacer este tipo de cosas con el «pequeño poder» que ahora tienen, uno no quiere ni imaginarse lo que podrían llegar a hacer si tuvieran mayoría absoluta y estuvieran al frente del Gobierno de España. Un señalamiento, el de Echenique, que quizás se entiende mejor si nos fijamos en estas palabras de Pablo Iglesias:
A buen seguro que muchos se acordarán del señalamiento público por parte de Podemos a otra persona en Octubre del año pasado, en esta ocasión se trataba de Esther Argerich, en la que tanto Irene Montero, como Rafa Mayoral e Ione Belarra nombraban a la particular en sendos tuits y vídeos. Tuits y vídeos que posteriormente acabarían borrando con el paso de los días, por algo sería, ya que quizás estaban vulnerando alguna que otra ley. En estos mensajes que le lanzaron a la casera de un piso, le instaban a negociar con los inquilinos un nuevo contrato y una reducción del precio del alquiler ante una subida que ellos consideraban «abusiva».
Veamos que tuits le dedicaban:
Que cargos públicos y hasta diputados señalen públicamente y acosen a ciudadanos particulares es un hecho de enorme gravedad, porque al final están utilizando el inmenso poder que tienen, no ya sólo el poder mediático sino el poder propio de su cargo, para tratar de censurar a aquellos disidentes y para lanzar a sus afines contra esta disidencia. Este tipo de mensajes lo que hacen es dirigir a una audiencia, ya de por sí radicalizada, hacia unas determinadas personas con el fin de amedrentarles.
Es entendible que la presión mediática y política que sufren los políticos les lleve a ponerse nerviosos, a decir cosas que seguramente no dirían en una situación normal, etc, pero lo que no es de recibo es que el cargo que ostentan lo utilicen como vía para callar todo aquello que no les guste o con aquello que critique sus ideas y acciones. Echenique no es un caso cualquiera, es alguien que desde hace ya tiempo que se ha radicalizado y que parece haber perdido cualquier atisbo de razón, sus mensajes son cada vez más incitantes al odio y a la tensión, lejos de tratar de conciliar o de calmar las aguas lo que hace es lanzar mensajes vergonzosos y deplorables de forma sistemática.
Como ya digo, que Podemos haya sufrido ataques desde ciertos medios de comunicación no es razón para que ellos procedan a «escrachar» a otras personas, más bien deberían ser tremendamente cuidadosos para no acabar haciendo lo mismo que ellos denuncian, y para no llevar a cabo prácticas más propias de la mafia que de un partido político que supuestamente tiene que velar por el interés de la población. Obviamente, si una parte de la «militancia zombie» que tienen (no es excluvisa de Podemos sino que existe en todas las ideologías) ve que sus líderes actúan de esa manera, ¿de qué forma no van a actuar ellos?
Echenique es quizás la cara más visible del matonismo de Unidas Podemos, pero no es desde luego la única persona dentro de este grupo parlamentario que tiene afán totalitario, ya que desde siempre hemos visto en Pablo Iglesias tics de esa actitud totalitaria, aunque desde luego el Vicepresidente sabe disimular mejor que el portavoz.
En este tuit, que publicó poco después del acoso al periodista, decía que este tipo de personas (como el periodista) eran «basura», que humillaban el prestigio de una profesión noble y que envenenaban a la democracia.
Los verdaderos peligros para la democracia son personajes del tipo de Pablo Echenique que lejos de aportar para construir, a lo que se dedica es a incitar al odio y a promover el resentimiento, y que en cada mensaje que manda lo único que parece que sabe hacer es destilar rabia y odio. Es el propio Echenique el que se dedica día sí y día también a envenenar a toda su audiencia con mensajes de este tipo.
Hay que huir de mensajes de este tipo y a su vez plantarles cara para que no se crean con la potestad de poder utilizar el poder que tienen a su antojo.