Mucho se ha escrito en los últimos meses a raíz del desabastecimiento de mascarillas en todo el mundo como consecuencia del Coronavirus, una falta de este material sanitario que empezó a darse con más fuerza en Febrero, que tuvo su auge entre Marzo y Abril y que hoy día parece haberse apaciguado.
En España, hay corrientes que directamente han atribuido esta desaparición del desabastecimiento a las medidas de control de precios del Gobierno de España, en concreto los elogios van a parar a Alberto Garzón, el Ministro de Consumo.
Sin embargo, atribuir sin más el hecho de que se haya acabado con la falta de material sanitario únicamente con el control del precio de ese material sanitario es enormemente simplista. En primer lugar, porque un control de precios lo que provoca es precisamente una reducción de la oferta que se podría llegar a dar en ausencia de dicho control de precios, una limitación de las ganancias no hace que las empresas se animen a fabricar más de un determinado bien, más bien al contrario.
Y en segundo lugar, porque esto está más explicado por el lado de un incremento de la oferta de mascarillas que por otro motivo, pero para ello hemos de hacer un repaso desde la situación previa a Marzo hasta la situación actual.
Si vemos el aumento del número de mascarillas diarias producidas en China a principios de Febrero y las producidas a finales de Abril veremos que el aumento ha sido espectacular.
¿Por qué China?
Porque de acuerdo con Morgan Stanley, una empresa que dedicada (entre otras cuestiones) a realizar investigaciones y análisis de mercados, vemos que el 85% de la capacidad de producción de mascarillas a nivel global se concentra en China, un % que antes de la crisis del Coronavirus se situaba en el 50%. Con lo cual, el mundo entero depende de China en cuanto a mascarillas se refiere.
El gigante asiático, ha pasado de producir alrededor de 10 millones de mascarillas quirúrgicas desechables a principios de Febrero a producir 115 millones de mascarillas a finales de este mes.
La cuestión es que todo este brutal incremento de la producción de mascarillas no salía del país asiático, pues toda la producción estaba supeditada a cubrir la demanda interna hasta que finalizara la parte más dura de la crisis. Así pues, fue a finales de Marzo cuando China ya se encontraba en disposición de dirigir sus miradas al resto de países tras haber calmado su situación.
Durante esas mismas semanas de finales de Marzo, en todo el mundo y también en España se podían encontrar noticias que nos hablaban del desabastecimiento que se estaba produciendo en cada país.
Sin embargo, aunque China ya se encontrara en la situación de poder satisfacer la demanda externa de mascarillas para combatir el desabastecimiento de estos países, no todo fue un camino de rosas.
Recordemos que a principios de Abril, China prohibió a 81 de las 102 empresas que tenían la autorización de la Comisión Europea para poder exportar productos a la Unión que pudieran exportar dichos productos sin tener una licencia local. Esta medida fue instaurada como consecuencia de los muchos timos que sufrieron los países europeos con las famosas «mascarillas fake». Con lo cual, si sólo las 21 empresas que tenían la licencia local en China eran las que podían exportar productos a la Unión Europea, está claro que llegaron muchísimas menos mascarillas a Europa de las que podían haber llegado si no se hubiera llevado a cabo esta restricción.
Dicha restricción, fue levantada por las autoridades chinas el 26 de Abril cuando anunciaron que únicamente se requeriría de un visto bueno por parte de los países que compraban dichas mascarillas, por tanto las 81 empresas que antes de la restricción no podían exportar mascarillas ya sí podían hacerlo.
No en vano, en España aún seguíamos viendo noticias que nos alertaban del desabastecimiento que se seguía produciendo por esas fechas, un desabastecimiento que intentó solventarse por parte del Gobierno con el control de precios a las mascarillas quirúrgicas desechables que impulsó Alberto Garzón y que se hizo efectivo el 23 de Abril.
Una vez llegado el mes de Mayo, ya era bastante complicado encontrar noticias que nos hablaran no ya de desabastecimiento en España, sino en cualquier parte de Europa.
Por tanto, es bastante improbable que la medida de control de precios impulsada por el Ministro de Consumo tuviera algún impacto positivo sobre el desabastecimiento de mascarillas, sino que se explica más bien por el brutal incremento de producción de mascarillas en China (y en el resto del mundo) y de la autorización china para exportar material sanitario a los países de la Unión Europea que por un control de precios que en ningún caso puede llevar a impedir un desabastecimiento.
Una vez que China dirigió casi toda su producción a satisfacer la demanda externa es cuando se alivio el desabastecimiento.
Es muy ingenuo pensar que la medida de Garzón, que únicamente afectaba a las mascarillas quirúrgicas desechables, tuviera algún efecto sobre el resto de mascarillas que también bajaron de precio y que aumentaron su stock, como las mascarillas FFP2, o que tuviera algún efecto sobre el resto de Europa.
El alivio del desabastecimiento de mascarillas no se debe a un milagro provocado por el control de precios sino a un incremento de la oferta de mascarillas y a la normalización de la oferta global.
Alberto Garzón no obró el milagro del freno del desabastecimiento con el control de mascarillas, más bien fue consecuencia del mercado.
Una respuesta a “El control de precios de Garzón no fue la causa del freno del desabastecimiento de mascarillas.”
[…] no sólo no perjudicó a la oferta de mascarillas sino que hasta fue favorable, para ello recuerdo este artículo que escribí en su día, donde se explica la evolución de la situación, y por supuesto el control de precios no tuvo nada […]
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