Cuando hablamos de Educación parece que automáticamente estemos hablando de Educación Pública o , por lo menos, de una Educación que nos debe proporcionar el Estado. En este artículo no me voy a extender en cómo se financiaría la educación en el caso de liberalizarla (lo haré en siguientes artículos), o porqué es inmoral que lo haga el Estado, sino que me quiero centrar única y exclusivamente en por qué se ha de liberalizar la educación desde un punto de vista social.
Parece que es el Estado el que debe encargarse de crear, diseñar y llevar a la práctica el sistema educativo y que, por alguna extraña razón, nadie lo puede hacer mejor que el Estado.
En la actualidad, todos estaremos de acuerdo en que la Educación es algo primordial para el desarrollo tanto humano como profesional de cada ciudadano, no se entiende el desarrollo económico y el bienestar de los países más desarrollados sin una población cada vez mejor formada. Una buena formación del individuo aumenta las posibilidades de que pueda alcanzar un mayor bienestar social y económico en el futuro. Sin embargo, esta no es una razón que de la potestad al Estado para que sea el que de manera prácticamente centralizada dictamine el modelo educativo óptimo para todos los alumnos.
Hagámonos unas cuantas preguntas:
- ¿Qué nos lleva a pensar que una serie de burócratas están más capacitados que nadie para saber qué modelo educativo es el correcto? Es más, ¿cómo sabemos que existe un modelo educativo óptimo para millones y millones de alumnos muy diversos?
- ¿Qué modelo educativo es el que mejor se adapta a las aptitudes y habilidades de cada alumno, qué modelo es el que ayuda a desarrollar mejor estas aptitudes y habilidades o qué modelo es el que mejor prepara a estos alumnos de cara al futuro?
- ¿Qué potestad tiene el Estado para arrogarse la autoridad de ser el que imponga el mismo sistema educativo a todos?
- ¿Cómo es posible que sigamos teniendo un modelo educativo del siglo XX para el siglo XXI?
- ¿Cómo queremos preparar a los futuros ciudadanos si les estamos enseñando contenidos y materias que no se adecuan a la situación actual ni futura?
- ¿Por qué se ha de decidir un único modelo para todo el mundo?
- ¿Por qué no puede existir un abanico de modelos educativos distintos y que cada familia elija el modelo en el que mejor cree que se adaptará su hijo/a?
La situación actual que nos encontramos es la siguiente:
Todos los alumnos pasan por el mismo sistema educativo, independientemente de si unos tienen unas determinadas habilidades que otros, de si unos alumnos están mejor capacitados en unas áreas que otros y sin tener en cuenta qué es lo mejor para ese alumno.
¿Por qué si, por ejemplo, se quisiera introducir una asignatura para enseñar chino en lugar de francés, ya que el chino es un idioma que cada vez es más importante y lo será en el futuro, no puede haber un colegio que lo lleve a la práctica?, ¿por qué para que ocurra esto tiene que imponerse la idea de la mayoría de padres sobre la del resto de padres y de forma centralizada aplicarlo a todos los colegios?, ¿acaso no sería más lógico que hubiera colegios donde se impartieran aquellas asignaturas que los padres creen más adecuadas para sus hijos?
Habrá padres que consideren que la informática es un elemento clave para el desarrollo futuro y actual de sus hijos, o ciertos idiomas, o conocimientos básicos de medicina, etc, ¿por qué no permitimos que esos padres puedan elegir el modelo educativo que mejor se adapte a las habilidades y aptitudes de sus hijos en lugar de que sean los hijos los que se adapten al modelo educativo único y centralizado de los burócratas de turno?
No hay ni un sólo burócrata en el mundo que sepa cuál es el modelo óptimo en materia de educación óptimo.
Lo lógico es que exista una variedad de todos aquellos modelos educativos que mejor se adapten a los niños y las niñas, para que puedan desarrollarse de la mejor forma posible de cara al futuro que les espera, y no que se imponga un único modelo educativo que ahogue las distintas capacidades de los niños y les imponga (en muchos casos) un marco de mediocridad.
Uno podría decir que se han de establecer unos mínimos estándares extendidos a todos los modelos donde no se impartan contenidos que sean nocivos para los niños, es decir, unos mínimos para evitar que estos niños sean educados en valores disfuncionales para la convivencia en sociedad, está bien, pero esos estándares mínimos han de ser mínimos, no unos estándares máximos como los que tenemos hoy en día.
Este tipo de ideas obviamente no serían bien recibidas por aquellos que se verían afectados por estos cambios. Imaginemos al profesor de latín, o al profesor de historia del arte que tendría que reciclarse para poder impartir clases de informática o de chino, ¿acaso creemos que no se rebelaría y opondría resistencia?, ¿seguro que no se sentiría amenazado ante la más que probable posibilidad de despido?, ¿no se organizarían todos estos profesores que se verían afectados en forma de «marea» para reivindicar una «Educación Pública de calidad» como forma de ocultar la auténtica realidad?
Estos profesores también podrían reciclarse, pero imaginemos el coste que puede suponer pasar de enseñar latín o historia del arte a enseñar informática.
En resumidas cuentas, la mejor manera de que los futuros ciudadanos y ciudadanas tengan una mejor formación que ayude a desarrollar sus capacidades y habilidades y que no les condene a la mediocridad es la de descentralizar la educación a través de su liberalización, y no a través de un sistema que perpetúa y condena a estos alumnos.