Que España tiene un serio problema con las pensiones es un hecho que poca gente se atreve a cuestionar, ni los más estatistas son capaces de hacerlo sin tener que hacer malabares en sus argumentaciones para acabar quedando en evidencia. Sin embargo, asumir que tenemos un problema con las pensiones no es más que un primer paso, la cuestión es cómo se van a pagar esas pensiones.
Hay quienes creen que simplemente agitando una varita mágica se va a conseguir que la productividad aumente de forma considerable, que a su vez suban los salarios y que estos puedan sufrir una mayor mordida que sirva para pagar las pensiones. Algo, que si bien sería maravilloso que ocurriera (al menos en cuanto al incremento de la productividad y los salarios), es bastante complicado que suceda.
Ya hemos explicado el problema que tiene España con la productividad y los salarios, y es que llevan estancados 20 años, con lo que resulta complicado vislumbrar un cambio que haga que la productividad se incremente a niveles nunca vistos, y que además lo haga de forma sostenida en el tiempo.
Una vez visto que para poder mantener las pensiones sin ningún tipo de recorte y ligadas al IPC deberíamos estar creciendo al 4’2% hasta 2050 sin que el gasto se dispare aún más, hay que ver cómo se financiará algo en un contexto más real que el improbable (por no decir imposible) contexto en el que tendríamos que crecer a esos niveles y además de forma sostenida.
Aquí chocan dos cosas, por un lado lo que se tendría que hacer para que el sistema fuera viable en el medio-largo plazo y por otro lado lo que creo que se va a hacer en el corto-medio plazo para postergar la situación y que esta situación termine por explotarle al que venga.
Primero hablemos de lo que es previsible que se haga en un futuro, y es que acabe ocurriendo lo mismo que se hace con las pensiones no contributivas, es decir, que se paguen con todo tipo de impuestos y que sea un gasto incluido en los Presupuestos Generales del Estado. Anteriormente estas pensiones se financiaban tanto con el dinero de la Seguridad Social como con los Presupuestos Generales del Estado.
Que las pensiones contributivas se paguen en un futuro a corto o medio plazo con todo tipo de impuestos no es algo disparatado, sino algo que más bien puede suceder sin ningún problema.
Otra opción, y es algo que se ha defendido tanto por parte del PSOE como por parte del PP en su día, es que se cree un impuesto adicional a los ya existentes similar al impuesto francés de la «Contribución Social Generalizada» que supone un recorte para las propias pensiones de entre el 3’8% y el 6’6%, es decir, con tal de no bajar las pensiones les impone un recortazo por otra vía de hasta el 6’6%. Amén del tijeretazo que sufren los salarios, de en torno al 10%.
Todo esto sumado a la más que segura elevación de la edad de jubilación y del mayor número de años cotizados necesarios para obtener la jubilación completa.
Estas son algunas de las medidas que puede llevar a cabo casi cualquier partido que llegue a presidir el país, ya que salvo Vox ningún partido tiene un plan alternativo a las pensiones que no pase por el continuismo con el sistema de reparto.
¿Qué debería hacer cualquier Gobierno?
Nada más llegar al poder debería empezar a transitar hacia un sistema mixto (reparto y capitalización) y establecer los mecanismos necesarios para que penalice lo menos posible tanto a los actuales pensionistas como a los que lo serán en un futuro, es decir, a los actuales cotizantes.
Este modelo del que estamos hablando es un modelo extendido en toda Europa, un modelo que es más sostenible que el actual modelo español y así lo acreditan los informes sobre los mejores sistemas de pensiones del mundo y es un modelo que no hace depender las pensiones de una única pata.
Mi visión en cuanto al futuro de las pensiones es bastante pesimista, no ya porque no tenga solución, que la tiene, dicha solución pasa por transitar hacia un modelo mixto (como mínimo en el corto-medio plazo) y no hacer depender a algo tan importante como las pensiones a las contribuciones de una población con cada vez más ancianos y con mayor esperanza de vida, sino que soy más bien pesimista por la inacción de los partidos políticos que saben el coste electoral que supone el hecho de decirle a los pensionistas que no sólo no van a poder subirles las pensiones, sino que estas se tendrán que ver recortadas para poder hacer viable el sistema.
Y si ya vemos que ningún gobierno se atreve a decirle a las claras a los pensionistas cuál es la situación del sistema con menos de 8 millones de jubilados en la actualidad, imaginemos si serán capaces de hacerlo cuando en el año 2050 lleguen a ser 14 millones de jubilados , o mismamente en el año 2030 con más de 10 millones de jubilados.
¿Algún partido político se arriesgará a perder millones y millones de votos aún sabiendo que esta reforma de las pensiones es algo de vital importancia para el sostenimiento de las pensiones?