Escudo Social: La realidad del Ingreso Mínimo Vital.

Hace unos meses el gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos hacía gala de un enorme orgullo al presentar lo que ellos habían denominado como «El escudo social», una serie de ayudas económicas destinadas a aquellas personas que más habían sufrido la crisis del Coronavirus y que serviría para proteger a estas personas ante la crisis. Entre las medidas que se estaban aprobando destacaban dos: Los ERTE y el Ingreso Mínimo Vital.

Así nos explicaba el Vicepresidente Segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en qué consistía el IMV.

Cabe destacar esto del líder de Podemos:

«Es un día histórico para nuestra democracia. Hoy nace un nuevo derecho social y es el mayor avance en derechos sociales, por lo menos, desde la aprobación de la Ley de dependencia de 2006».

Dicho IMV entró en vigor el pasado 15 de Junio, y desde que entrase en vigor se han presentado más de 900.000 solicitudes para cobrar el Ingreso Mínimo Vital, habiendo tramitado algo más de 340.000 solicitudes y habiendo dado el «sí» a algo más de 86.000 expedientes. Esto nada tiene que ver con lo que se prometía en un principio, ya que el ministro Escrivá aseguró que este IMV llegaría a unos 850.000 hogares (2’3 millones de personas) y que de oficio se aprobarían 100.000 solicitudes.

Hay que tener en cuenta que 74.000 de las 86.000 solicitudes aprobadas fueron aprobadas de oficio el 26 de Junio, con lo que desde Junio hasta mediados de Septiembre sólo se han aprobado 12.000 solicitudes sin tener en cuenta las anteriormente mencionadas.

Han pasado ya más de 3 meses y lo que en su día fue presentado como una gran revolución social que venía a ayudar a la gente más necesitada justo cuando más falta hacía ha resultado ser una cortina de humo más de este gobierno.

Ni siquiera se han aprobado las 100.000 solicitudes que dijeron que se aprobarían de oficio, ya que ni entre las aprobadas de oficio y las aprobadas por la vía administrativa no llegan ni a 90.000 solicitudes aprobadas, no digamos ya lo lejos que queda de las 850.000 familias a las que llegaría.

Todos aquellos alardes que veíamos a la hora de anunciar el IMV por parte del gobierno no se ven ahora cuando han de hincar la rodilla y asumir que han gestionado pésimamente esta cuestión, más bien echan balones fuera.

Mientras que por un lado vemos al ministro Escrivá calificando la gestión del IMV «como un éxito», tenemos por el otro lado a Pablo Iglesias presionando de cara a la galería al gobierno en el que él está incluido.

Esta actitud entre las dos formaciones no sorprende en nada, mientras el PSOE actúa como si todo estuviera saliendo a la perfección aunque la casa esté en llamas, Podemos ejerce el papel de socio disconforme y que pide explicaciones de cara a la galería.

Este tira y afloja continuo entre PSOE y Podemos sirve para desviar la atención de lo verdaderamente dramático, y es que aún queda mucha gente que no tiene ningún ingreso y ya han pasado varios meses desde el inicio de la pandemia en España.

¿Qué sentido tiene que Iglesias, que es Vicepresidente Segundo del Gobierno de España, critique a su propio gobierno en lugar de hablar directamente con sus socios del PSOE?

Uno podría decir que Iglesias no tiene responsabilidad ninguna en cuanto al IMV, pero es que es falso, el propio Pablo Iglesias se atribuyó el mérito el mismo día del anuncio de esta medida, medida que coordinó junto con el ministro Escrivá.

¿Tiene responsabilidad a la hora de colocarse la medalla por el IMV el día de anuncia esta medida pero no tiene ninguna responsabilidad a la hora de asumir que han gestionado de forma muy deficiente esta cuestión?

Esta medida ha sido un absoluto fracaso, ya que después de 3 meses apenas ha llegado a un 10% de las familias a las que supuestamente iba a llegar, que no caiga en el olvido esta cuestión.