Se suele repetir, de manera muy machacona, en medios y redes sociales que la caída de la economía española se debe fundamentalmente o muy significativamente al peso del turismo en nuestra economía. Al ser una economía muy dependiente del turismo, esta se habría visto muy afectada por la pandemia y sus consecuentes restricciones, confinamientos, menor afluencia de turistas a España, etc.
Así pues, podemos ver a políticos como el Ministro de Consumo, Alberto Garzón, decir que no podemos depender tanto del turismo y que tenemos que diversificar nuestra economía para no depender tanto de un sólo sector. El mismo Pedro Sánchez señalaba que España tenía «una alta dependencia del producto de sol y playa». Y por último, en este sentido, veíamos a Pablo Iglesias insistir en la alta dependencia del turismo para la economía española.
Esto sólo es parcialmente correcto, ya que aunque es verdad que la economía española tiene un peso del turismo en el PIB moderadamente importante, no es cierto que sea una economía muy dependiente del turismo (como si de una economía de monocultivo se tratase) y que el resto de economías europeas o mundiales tienen un menor peso del turismo en sus economías, lo que llevaría a explicar que hayan caído menos que España.
Si nos vamos a los últimos datos disponibles del World Travel and Tourism Council (Consejo Mundial del Viaje y el Turismo) del año 2019, podemos sacar varias cosas en claro, y que difieren de forma considerable sobre la imagen preconcebida que tenemos del turismo en España.
Según datos del 2019, el peso (o la aportación) del turismo en España era del 14’3% del PIB, mientras que en países como Italia, Portugal o Grecia era del 13%, 16’5% o del 20’8%.
De esta manera se distribuyó la aportación del turismo al PIB de distintos países:
Vemos que hay hasta 6 países con mayor peso del turismo en su economía que España, aunque las caídas de estos países fueron distintas que en el caso español.
Mientras que Croacia dependió del turismo en un 25% de su PIB en 2019 y España un 14’3%, Croacia cayó un 7’1% en 2020 y España un 9’1% en el mismo año. Mientras que en Islandia el peso del turismo fue del 22’8% y el de España un 14’3%, Islandia cayó un 6’6% y España un 9’1%. En Grecia, el peso del turismo fue del 20’8% y la caida griega fue de un 7’9%. Nuestros vecinos de Portugal tuvieron una presencia del 16’5% del turismo en el PIB, al tiempo que su caída fue del 6’1%. Malta tuvo una dependencia del 15’8% del turismo en el PIB, mientras que su caída fue del 6’2%.
También podemos encontrar ejemplos parecidos en países como Italia, Austria o Estonia donde el peso del turismo es del 13%, 11’8% y 11’7% de forma respectiva, y las caídas de estos países fueron del 6’6%, 5’9% y 1’9%.
Viendo este tipo de datos podemos observar varias cosas:
La primera es que no es verdad que España sea el país europeo más dependiente del turismo, ya que hay varios países por delante de España (Croacia, Grecia, Portugal, Malta e Islandia) y algunos con bastante diferencia.
La segunda cuestión es que, si bien España está por encima de la media europea (9’1%) tampoco es una diferencia demasiado exagerada que justifique la distancia existente entre la caída de la economía española y la del resto de países europeos. Ya que mientras que la media europea dependió en un 9’1% del turismo y España dependió en un 14’3%, la caída de la media europea fue del 4’6% y la caída de España fue del 9’1% en 2020. Es decir, una diferencia de 5 puntos de aportación del turismo al PIB no puede explicar una caída global en la economía de 4’5 puntos del PIB.
Por otro lado, el peso del turismo en la economía mundial fue del 10’3% del PIB, no parece que una diferencia de 4 puntos sea una dependencia altísima de un sólo sector.
La caída de la economía española no puede explicarse mayoritariamente o exclusivamente por la dependencia del turismo en nuestro sistema productivo, ya que otros países con más (y mucho más) peso del turismo en sus economías no han caído tanto como España, y otros países con un peso ligeramente menor del turismo en la aportación al PIB han caído mucho menos que España, como los casos que hemos citado de Estonia o Austria.
El desplome de la economía sufrido en 2020 tiene otras explicaciones, aquí ya tuvimos ocasión de explicar algunas que consideramos que fueron las más importantes, y no queda más que pensar que esta caída se debe especialmente a la mala actuación de nuestra casta política.
En definitiva, vemos día a día como se usa al turismo como arma política (e incluso de forma despectiva) por algo que realmente no es, no es cierto que el turismo sea un factor del que la economía española dependa muchísimo, y tampoco es el culpable de la debacle económica sufrida por España en el año 2020, ya que (como hemos visto) otros países más dependientes del turismo que España han caído menos que nuestra economía. Mientras tanto, se seguirá usando la excusa del turismo para tratar de tapar las deficiencias de una clase política incapaz de gestionar (de forma adecuada) unas responsabilidades que ella misma se ha arrogado el derecho a poseer.
