Si hay un sistema de pensiones que despierta pasiones, tanto favorables como desfavorables, ese es el sistema de pensiones de Chile. De forma general, los liberales suelen ser partidarios y defensores de este sistema de pensiones privado, mientras que los sectores más izquierdistas lo rechazan con vehemencia y critican sus supuestos fallos o deficiencias.
Al sistema de pensiones chileno se le acusa de proporcionar unas muy bajas pensiones a los jubilados y de haber resultado ser un fracaso durante todos los años en los que lleva implantado. En este artículo vamos a tratar de esclarecer algunos mitos sobre este sistema y de proporcionar los datos correspondientes para tratar de ver si es un sistema eficiente o si, por el contrario, es un absoluto desastre.
Hay una serie de factores que son importantes para evaluar un sistema de pensiones, tales como:
- Contribuciones sociales al sistema de pensiones.
- Años cotizados y edad legal de jubilación.
- Cantidad de pensión recibida.
- Tasa de sustitución de las pensiones.
- Sostenibilidad del sistema en el futuro.
A continuación vamos a analizar cada uno de ellos:
¿Cuánto destina un trabajador chileno de su salario a ahorrar para su jubilación?
Gracias a un informe de la OCDE titulado «Taxing Wages 2018» podemos observar cuales fueron las contribuciones sociales de los trabajadores chilenos a sus planes de pensiones privados.


Como vemos, los trabajadores chilenos destinaron un 12’4% de sus salarios a sus planes de pensiones privados, una cifra inferior a la de países como Austria, Francia, Alemania, España, Italia, etc. La aportación mínima que han de realizar los chilenos es del 10% de su salario.
¿Cuantos años se necesita cotizar en Chile para poder cobrar la pensión? y por otro lado, ¿cuál es la edad legal de jubilación?
Con el sistema de capitalización chileno no existe un mínimo de años cotizados, a diferencia de la inmensa mayoría de sistemas de pensiones del mundo desarrollado. Un trabajador chileno recibirá pensión tanto si se jubila con 40 años cotizados, con 35, con 30, con 25, con 20, con 15, con 10 o hasta con un año cotizado. Naturalmente, existe una edad legal de jubilación que se encuentra en los 60 años para las mujeres y en los 65 años para los hombres.
Lógicamente, si un trabajador se jubila habiendo cotizado 5 o 10 años, no va a recibir la misma pensión que si se jubila con 30 años cotizados. A continuación vamos a ver con cuantos años cotizados se jubilan los chilenos y cual es la prestación que reciben.
Según la Superintendencia de Pensiones de Chile, que es un organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Previsión Social en Chile, hay 966.781 pensiones por vejez a fecha de Febrero de 2021, los cuales se distribuyen de la siguiente manera según los años que han cotizado:
0 y <=1 año: 22.457 pensionistas
>1 y <=5 años: 63.482 pensionistas
>5 y <=10 años:103.690 pensionistas
>10 y <=15 años:135.388 pensionistas
>15 y <=20 años:152.784 pensionistas
>20 y <=25 años: 155.865 pensionistas
>25 y <=30 años: 145.967 pensionistas
>30 y <=35 años: 120.658 pensionistas
>35 y <=40 años: 53.206 pensionistas
S/l: 13.284 pensionistas
Total: 966.781 pensionistas.
S/l: Corresponde a aquellas personas que registran inconsistencias entre las variables número de meses cotizados y número de meses transcurridos desde la fecha de afiliación hasta la fecha de pensión. |
Como podemos ver, casi la mitad de los pensionistas (49’42%) se jubilaron habiendo cotizado menos de 20 años, mientras que el 33’61% de los pensionistas cotizaron menos de 15 años. Unas cifras muy alejadas de las que podemos observar en Europa o en España, donde se requiere haber cotizado algo más de 35 años.
¿Qué pensiones reciben en función del tiempo cotizado? Así quedaría la distribución (datos de Febrero de 2021)
Aquí es necesario hacer un pequeño inciso, y es que las cantidades están en UF (unidad de fomento), con lo que hay que convertir esta unidad de cuenta en pesos chilenos. La «Superintendencia de Pensiones» da las cantidades en UF.
Pensiones recibidas en promedio en función de los años cotizados:
0 y <=1 año: 101.244 pesos chilenos (3.44 UF) / 142 dólares
>1 y <=5 años: 126.260 pesos chilenos (4.29 UF) / 178 dólares
>5 y <=10 años: 150.100 pesos chilenos (5.10 UF) / 211 dólares
>10 y <=15 años: 184.240 pesos chilenos (6.26 UF) / 260 dólares
>15 y <=20 años: 228.093 pesos chilenos (7.75 UF) / 321 dólares
>20 y <=25 años: 266.942 pesos chilenos (9.07 UF) / 373 dólares
>25 y <=30 años: 337.872 pesos chilenos (11.48 UF) / 476 dólares
>30 y <=35 años: 440.882 pesos chilenos (14.98 UF) / 621 dólares
>35 y <=40 años: 608.347 pesos chilenos (20.67 UF) / 857 dólares
S/l: 259.290 pesos chilenos (8.81 UF) / 365 dólares
Promedio total: 274.595 pesos chilenos (9.33 UF) / 387 dólares
Según el INE chileno, el salario promedio mensual en 2019 fue de 620.528 pesos chilenos, mientras que el salario mediano rondó los 400.000 pesos chilenos al mes.
Por tanto, vemos que en promedio se cobra una pensión alrededor de un 44% del salario promedio del país, y casi un 70% si lo comparamos con el salario mediano. Aquí hay que recordar de nuevo que las contribuciones sociales (las cotizaciones) oscilaban entre el 10% (el mínimo legal) y el 12’4% del salario del trabajador, con lo que las pensiones finalmente recibidas no parecen ser precisamente rácanas o míseras, sino todo lo contrario.
Ahora toca preguntarse lo siguiente: ¿Cuál es la tasa de sustitución de las pensiones chilenas?
Como sabemos, la tasa de sustitución representa el porcentaje de ingresos que recibe el pensionista en relación con los últimos ingresos que tuvo como trabajador, o dicho de otra forma, es la relación entre la pensión y el último salario percibido como trabajador. Así pues, si un trabajador tuvo un último salario de 2.000 euros y recibe una pensión de 1.000 euros, se puede decir que la tasa de sustitución es del 50%.
Hecha esta necesaria precisión, pasamos a contestar a dicha pregunta. Para ello acudiremos al trabajo «Pensions at a Glance 2019» elaborado por la OCDE, donde nos muestran las tasas de sustitución de los distintos países miembros. De esta manera, podemos ver la tasa correspondiente de Chile.

(Imagen ampliada abajo)

Si observamos la tercera columna, vemos que la tasa de sustitución de las pensiones chilenas es de un 31’2% para los hombres y de un 28’8% para las mujeres.
A simple vista, este parece un sistema absolutamente ruinoso, pues una tasa de sustitución que apenas ronda el 30% no se puede calificar como una buena tasa de sustitución. Más si cabe cuando hasta la tasa de sustitución de las pensiones españolas es superior al 70%, como vemos en la siguiente imagen.

Entonces, ¿es verdad que el sistema chileno es una absoluta ruina?
Aparentemente sí lo sería si sólo tuviéramos en cuenta la tasa de sustitución, pero recordemos que las cotizaciones sociales de los trabajadores chilenos fueron del 12’4%, mientras que la de los trabajadores españoles fueron del 28’3%, con lo que habría que hacer el ajuste necesario para comprobar realmente la tasa de sustitución de las pensiones chilenas.
Si dividimos el porcentaje de contribuciones sociales que hacen los españoles en comparación con el que hacen los chilenos, nos sale que los trabajadores en España contribuyen 2’28 veces más que los trabajadores en Chile. Con lo que habría que multiplicar esa cifra por la tasa de sustitución del 31’2%, lo que nos daría una tasa de sustitución real del 71’20% (mientras que para las mujeres sería del 65’72%).
Por último, ¿son sostenibles estas pensiones en el tiempo?
Para evaluar si un sistema de pensiones es bueno, habría que comprobar cómo de solvente y sostenible es en el tiempo, ya que de nada serviría que un sistema fuera «sostenible» sólo para el corto plazo. Un buen sistema de pensiones tiene que ser sostenible en el largo plazo y debe sufrir los mínimos cambios posibles.
Si accedemos al último documento de «Mercer Global Pension Index 2020″, un informe elaborado por el CFA Institute donde se analizan los distintos sistemas de pensiones del mundo, podemos comprobar como Chile está en la parte alta del ranking.

Chile se encontraría en el escalón B, junto con países como Australia, Finlandia, Suecia, Singapur, Suiza o Alemania. Mientras que España se encuentra con países como Italia, Corea del Sur, Austria, Polonia, Sudáfrica, Colombia, etc.
Este informe puntúa los distintos sistemas de pensiones en base a tres variables: Adecuación, sostenibilidad e integridad.

Vemos que Chile donde más cojea es en «Adecuación» y fundamentalmente por lo que hemos mencionado a lo largo de todo el artículo, ya que sus contribuciones sociales son muy bajas (en comparación con el resto de países desarrollados) y los años cotizados son también más bajos, de ahí que muchos ciudadanos reciban pensiones que no se adecuan al estándar promedio de la OCDE.
En cambio, en cuanto a «Sostenibilidad» tiene una puntuación 20 puntos por encima de la media, y en cuanto a «Integridad» también sobresale.
Una vez visto todo, podemos sacar varias conclusiones:
La primera es que las contribuciones sociales de los trabajadores chilenos ronda el 12’4% del salario, con una tasa de sustitución real de en torno al 70%. También hemos visto que la mayoría de los trabajadores cotizan menos de 25 años y la mitad lo hace por menos de 20 años. Por otra parte, las pensiones recibidas (en promedio) representan el 44% del salario medio del país, y finalmente, la sostenibilidad del sistema de pensiones chileno se encuentra entre los mejores del planeta.
El problema más claro que podemos ver en cuanto a las pensiones chilenas es el bajo periodo de cotización de sus trabajadores, además de la baja contribución al sistema de capitalización individual.
En definitiva, el sistema de pensiones chileno se muestra como un sistema sostenible en el tiempo, con una tasa de sustitución muy por encima de la media de la OCDE y con unas pensiones altas para un sistema en el que la mitad de pensionistas ha cotizado menos de 20 años.
