«Todo tiempo pasado fue mejor», es la sensación que tienen muchas personas acerca de un periodo de nuestra historia reciente como es el Franquismo. Determinados sectores, sobre todo en Twitter, parecen echar de menos una serie de condiciones que supuestamente se daban durante el mandato de Francisco Franco.
Al parecer, durante los casi 40 años de dictadura, la población española habría gozado de un bienestar, una riqueza y unas condiciones materiales que hoy día ya habrían expirado, todo como consecuencia del cambio de sistema de gobierno en España y, posiblemente, a la entrada en la Unión Europea.
En este artículo vamos a tratar de desmontar algunos de los mitos que giran en torno al Franquismo y aportar otros datos que no suelen ser tenidos en cuenta.
Mito 1: Los españoles tenían casa propia y hasta una segunda residencia.
Realidad: Entre 1950 y 1970 sólo el 53,46% de las viviendas principales eran en propiedad.
Según el INE, en 1950 el 45,9% de la población vivía en una vivienda que era propiedad suya, mientras que el 51,3% vivía de alquiler. En 1960 el porcentaje de españoles que tenían una vivienda en propiedad ascendió al 51,9%. Ya en 1970 la cifra de propietarios de vivienda ascendió al 63,4%.

Estos datos contrastan con los del año 2017, cuando el 76,7% de la población tenía una vivienda en propiedad, mientras que el 16,9% de la población vivía de alquiler.

Aquí lo podemos ver de una forma más visual:

Por tanto, no es verdad que durante la época de Franco la población tuviese una casa en propiedad, y menos aún cuando incluso la mayor parte de la población llegó a vivir de alquiler.
Sí es cierto que, durante todo el siglo pasado, se dedicaba a la vivienda un porcentaje considerablemente menor del gasto familiar, aquí podemos ver la evolución desde 1936 hasta la actualidad.


En estas tablas observamos que entre 1936 y 1976 el gasto exclusivamente en vivienda ronda el 14%, llegando a ser en algunas etapas inferior al 10% del gasto total por hogar. Un gasto total por hogar que acaparaba en su mayor parte el gasto en alimentación, con el 53,7% del gasto total en 1958, el 43,3% en 1968 y el 40,5% en 1976. Si se suman el gasto en alimentación y ropa, vemos que el 66% del gasto iba para estas dos variables en 1958, el 55% en 1968 o el 49% en 1976.
Dichas cifras aparentemente contrastarían con las que podemos encontrarnos en la actualidad, ya que en 2019 el gasto en vivienda acaparaba el 30% del gasto total por hogar.

Para poder comparar adecuadamente el gasto en vivienda de antes con el actual, tendríamos que sumar todos los componentes que se tienen en cuenta (vivienda propiamente, agua, electricidad, gas y otros combustibles), y nos saldría que el gasto por año sería tal que así:
1936: 23,1% del gasto total para la vivienda.
1958: 13,6% del gasto total para la vivienda.
1968: 20,5% del gasto total para la vivienda.
1976: 21,8% del gasto total para la vivienda.
2019: 31,2% del gasto total para la vivienda.
Así pues, y con todos estos datos a nuestra disposición, podemos decir que el gasto exclusivo en la vivienda sí que ha aumentado con el paso de las décadas. No obstante, si tenemos en cuenta más factores que afectan de forma directa a la vivienda, no es cierto que se haya producido un cambio disruptivo con respecto a la etapa franquista, más bien se han reducido considerablemente los gastos en otro tipo de bienes y servicios como la alimentación o la vestimenta, dando también cabida a otros muchos bienes y servicios que antes no estaban a nuestro alcance.
Mito 2: «Antes se trabajaban menos horas que ahora»
Realidad: Hoy se trabajan menos horas que antes.
Como no podía ser de otra forma, esto es falso. Si acudimos a cualquier fuente de datos seria, como es el caso del experto Leandro Prados de la Escosura, especialista en la historia económica de España, podemos hallar información suficiente sobre esta cuestión.
En 1950 se trabajaron de media un total de 2.507 horas por trabajador, 2.418 horas en 1960, 2.266 horas en 1970 y 2.005 horas en 1980. Esto equivaldría a 9,9 horas de trabajo diarias en 1950, a 9,55 horas de trabajo al día en 1960, a 8,95 horas de trabajo al día en 1970 y a 7,92 horas de trabajo diario en 1980.
De esta manera, se contrapone con las 1.861 horas anuales por trabajador (de media) de 2015, que supondría unas 7.35 horas diarias a la semana. Para realizar estos cálculos se han tenido en cuenta los 253 días laborales que hay en España, también se ha tenido en cuenta únicamente los trabajos a tiempo completo.
No solamente importa el número de horas sino el sector donde se concentran esas horas, ya que hay trabajos que requieren un mayor desgaste físico. De esta manera ha evolucionado el reparto de horas en España según el sector:

Tal y como se observa, durante la mayor parte del franquismo el sector primario concentraba un mayor porcentaje de horas trabajadas, una tendencia que se empezó a revertir con el sector servicios y que culminó en 1964.
Mito 3: En España apenas había pobreza, hoy hay más pobres que nunca.
Esta es, desde luego, una de las afirmaciones más sonrojantes que se pueden hacer, no sólo porque hoy en día en España la pobreza extrema se haya prácticamente erradicada, sino porque la mayor parte de la dictadura franquista si por algo se caracterizó fue por su elevada tasa de pobreza extrema.
Así lo constatan los datos ofrecidos por la OCDE, donde podemos observar como la pobreza extrema afectó al 34% de la población en 1950, al 20% en 1960, y al 5% en 1970.

Una media del 20% de la población sumida en pobreza extrema durante 30 años de gobierno. Unas cifras muy alejadas de las actuales.
Las sombras del Franquismo no quedan sólo en esto, sino en cuestiones como el trabajo infantil y otras que quizás se analicen en otro artículo, ya que este es lo suficientemente extenso.
En cuanto al trabajo infantil, hoy en día está prácticamente erradicado en las economías desarrolladas, no así en las subdesarrolladas o en las que están en vías de desarrollo. Este es un proceso (el de la erradicación del trabajo infantil) por el que pasan todas las economías que hoy en día son ricas, y el caso de España no fue una excepción. Sin embargo, España aún era una economía en vías de desarrollo durante la etapa franquista, con lo que el fenómeno del trabajo infantil seguía teniendo un impacto notable dentro de nuestra sociedad, así pues:

En 1950, el 15,6% de los varones de entre 10-14 años estaba trabajando, mientras que apenas afectaba al 3,7% de mujeres de esa edad. Se observa un claro descenso de este fenómeno conforme van pasando los años y la economía española se fue desarrollando, pasando al 9,6% en varones en 1960, al 6,3% en 1966 y al 3% en 1971.
En líneas muy generales, los motivos por los que se llegaba a esta situación eran dos:
- El poco desarrollo de la economía española, llevando años de retraso en comparación con el resto de economías del entorno.
- La no escolarización de los niños y/o la falta de asistencia a la escuela.
Por si alguien trata de replicarme con muchas gráficas sobre la etapa franquista, ya me adelanto comentando algunas de estas, como las que muestra la Fundación Francisco Franco en este artículo.
En casi todas estas gráficas se hace alusión a la deuda pública, cabe decir que no pongo en duda ninguna de estas gráficas, es cierto que la deuda pública era bastante menor en la época franquista que en la actualidad, la cuestión es para que se utiliza esa deuda pública. Es decir, si durante el franquismo apenas había gasto público, ¿para qué iban a hacer uso de deuda pública?
Como podemos ver aquí, el gasto público (excluida la educación) en España fue bajo durante todo el franquismo:

Si se incluyese el gasto en educación, el gasto social (que no gasto público) ascendería a no más del 5% sobre el PIB hasta 1960 y rondaría el 10% en 1970. Un gasto social muy inferior al que tenemos hoy en día, que ronda el 25% en 2019.
También se suele aludir a cuestiones como que «España era octava potencia mundial», es cierto que España llegó a ser octava potencia mundial (algo que ocurrió también con Aznar y Zapatero), pero decir esto y no decir nada es prácticamente lo mismo. Para ver si una economía es primera, segunda o tercera potencia mundial simplemente se tiene en cuenta el PIB, nada más. Por tanto, un país con mayor cantidad de población activa tenderá a tener un mayor PIB que países más pequeños.
O dicho de otro modo, mientras España era «octava potencia mundial» en 1969, la renta per cápita de los españoles no estaba ni en el top-20 más alto.

Mientras que en 1970 la renta per cápita (de media) de los países de Europa Occidental rondaba los 16.161 dólares, en España se situaba en 9.511 dólares, casi la mitad.
Otro gráfico que suelen sacar a relucir es el siguiente, sobre las tasas de crecimiento en España durante el Franquismo.

Con este gráfico, igual que con otros, da la sensación de que el emisor no sabe de qué va el gráfico, simplemente parece que ve una gráfica que sube y que baja, y justamente sube en el periodo que le interesa. Lo único que nos está diciendo este gráfico es el ritmo al que crecía la economía española, naturalmente que España empezó a crecer a ritmos muy elevados cuando empezó a industrializarse y a reconstruir el país, pero no es algo que sea exclusivo del periodo franquista.
Según los mismos autores, Europa vivió una situación similar durante dicho periodo:

Durante 1950-1960, España creció a un ritmo anual del 4,4%, una media exactamente igual a la de los 14 países europeos analizados. Entre 1960-1973 sí es cierto que la economía española creció a una tasas superiores a las de los 14 países con datos disponibles, siendo del 8,3%, la más elevada de todas durante este periodo de tiempo. No obstante, hemos de ver que los países que más crecieron entre 1950-1973 fueron justamente países como España (6,6%), Grecia (7%), Italia (5,6%), Portugal (5,7%), con la excepción de Alemania (5,7%). ¿Qué renta per cápita en paridad de poder adquisitivo (descontada la inflación) presentaban estos países en 1950 y en 1973? Veamos.
Renta per cápita en 1950:

Renta per cápita en 1973:

Si bien vemos que la renta per cápita de España, Portugal o Grecia se multiplicó por tres (todo esto partiendo de una situación con mucho margen de mejora), la renta de Alemania también se multiplicó por tres, al igual que la de Finlandia, la de Austria o la de Italia. Países como Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Francia o Bélgica vieron multiplicada su renta per cápita por dos, partiendo de una situación con menor margen.
Todas estas cifras que hemos mostrado nos ofrecen una imagen bastante clara del panorama de la época, que podríamos resumir en cinco frases:
- Unas tasas de pobreza extrema bastante altas.
- Un elevado porcentaje de menores de 15 años en situación de trabajo infantil.
- Un altísimo porcentaje de gastos familiares destinados al hogar.
- Un menor número de viviendas en propiedad por parte de los españoles.
- Una cantidad sustancialmente mayor de horas de trabajo en comparación con la actualidad.
Lo peor de todo esto es que chicos jóvenes se crean sus propias mentiras, o crean las mentiras que les han contado, y tengan una añoranza sobre un pasado que no sólo no vivieron sino que ni siquiera fue real, añoran algo que nunca existió.
Los afines al régimen franquista podrán tratar de aferrarse a cuestiones que estén alejadas del plano material para tratar de hacer ver que aquella época fue mejor, pero desde luego que no deberían entrar en este terreno, ya que es como si el gladiador entrase desarmado al Coliseo lleno de leones hambrientos.
