«Faltan 50.000 camareros para este verano» es uno de los titulares que recorren la prensa española y que muestran la preocupación de los hosteleros ante lo que es ya el verano. Muchos se preguntan el por qué de esta falta de personal para meses donde no suele haber tanto diferencial entre la oferta de trabajo y la demanda del mismo.
Se han publicado algunos análisis en distintos medios donde se señalan algunas de las posibles explicaciones ante esta falta de trabajadores en uno de los sectores que vive su mejor momento en esta parte del año.
Entre ellas destacan la escasa conciliación familiar, las largas jornadas de trabajo, la temporalidad del empleo y los bajos salarios. En este artículo vamos a tratar el último punto, y es que el de la hostelería es el sector (o más bien actividad) en el que han crecido menos los salarios en los últimos 20 años.
Si acudimos a la Encuesta de Estructura Salarial ofrecida por el INE, podremos comprobar cómo el de la hostelería ha sido el sector en el que menos han crecido los salarios desde el año 2002, de hecho en términos reales ha perdido poder adquisitvo.

Para que los trabajadores de la hostelería no estuvieran perdiendo poder adquistivo en el año 2020 con respecto al año 2002, estos deberían haber estado cobrando más de 17.758 euros brutos al año sólo para contrarrestar a la inflación. Lejos de esto, han cobrado 14.136 euros en el año 2020.
Mientras que en la hostelería han visto como sus salarios perdían poder adquisitivo con el paso de los años, otras actividades como la educación, la industría extractiva o la Administración Pública lo han ganado, estando sobradamente por encima de la influencia de la inflación.
No obstante, en el año 1995 el salario medio de la hostelería era de 10.619 euros (1.767.000 pesetas), con lo que 25 años después el salario sólo se ha incrementado en unos 3.500 euros nominales.
Este debe ser, sin duda, uno de los factores que más pesa en la dificultad a la hora de contratar camareros, aunque otros factores como el de la elevadísima temporalidad del 36%, según un estudio de Randstad (frente al 24,1% de media), también deben tener una influencia considerable.
Por otro lado, las medidas que fueron aplicadas desde 2020 a 2021 en la hostelería (como el cierre total, la limitación de aforo, el pasaporte Covid, etc.) supusieron una merma en la actividad, y muchos de estos trabajadores que se dedicaban a la hostelería se incorporaron a otros sectores de actividad, permaneciendo en ellos al recuperar la actual normalidad. La Seguridad Social calcula que un 2.8% de los trabajadores que se dedicaban a la hostelería y que buscaron otro empleo no han vuelto al sector hostelero.
Como vemos, son muchas las razones que pueden explicar la falta de trabajadores en la hostelería, lo que sí está claro es que el factor salarial es uno de los motivos más importantes a la hora de decidirse, pues si el trabajador cree ya de por sí que las condiciones ajenas al salario son malas, un salario más bajo que el que podría conseguir en cualquier otro sector de la economía no le hará mejorar la opinión sobre la hostelería.
Alguien podría aludir a la cuestión de la productividad para explicar los bajos salarios de la hostelería, sin embargo, según el INE la productividad en euros de la hostelería por trabajador ocupado fue de 23.136 euros en el año 2019, cuando el salario medio en la hostelería fue de 14.561 euros. Otro ejemplo, en 2015 la productividad en euros por trabajador ocupado en la hostelería fue de 21.216 euros, mientras que el salario medio bruto anual ese año fue de 13.997 euros.
Por lo tanto, aquí vemos un diferencial que podría explicarse por el tipo de jornada laboral (sea a tiempo completo o a tiempo parcial), ya que el salario medio bruto mensual en 2019 para un trabajador a tiempo completo fue de 1.589 euros, mientras que para un trabajador a tiempo parcial fue de 677 euros. En 2019 el 25% de todos los trabajadores ocupados en la hostelería estuvieron a tiempo parcial, con lo que este tipo de empleo impulsa a la baja el salario medio. El caso es que la parcialidad del empleo es menor en el año 2019 (25%) que en el año 2015 (26,64%), mientras que la diferencia entre el sueldo medio bruto anual y la productividad en euros por trabajador es mayor.
En cualquier caso, la hostelería es la actividad económica donde menos ha crecido el sueldo desde 1995, y con las dificultades que arrastran a raíz de la pandemia (sumadas a las que ya sufrían) no parece que sea uno de los trabajos más atractivos. Está por ver si se producen cambios de gran calado en este sector (mayor inversión, mayor productividad, mayor rentabilidad, etc.) o si continúan con la deriva actual.
