Twitter es un lugar que da cabida a conversaciones sobre temas muy variopintos, a encendidas discusiones o a debates interesantes. En torno a este último punto, en más de una ocasión se han lanzado una serie de afirmaciones que van en la siguiente línea:
- Antes se trabajaban menos horas que ahora, lo que permitía a los padres pasar más tiempo con sus hijos.
- El salario del varón permitía sobradamente el mantenimiento de la familia, con lo que la mujer no necesitaba acceder al mercado laboral.
Estas dos afirmaciones llevan a creer que la época en la que nuestros padres eran jóvenes era mucho mejor, pues con un sólo sueldo se mantenía a toda la familia (también más numerosa), y no sólo esto sino que los padres tenían más tiempo libre con el que poder pasar más horas con sus hijos.
Pero, ¿es esto realmente así?, ¿es verdad que en los años 80 y finales de los 90 los hombres trabajaban menos horas?, ¿o las mujeres directamente ni trabajaban?
En primer lugar, vamos a responder a la pregunta de si antes se trabajaban más o menos horas que en la actualidad, para ello acudiremos al INE.
Según el organismo estatal, en 1987 los hombres trabajaron una media de 41,1 horas semanales, en 1990 trabajaron una media de 40,7 horas semanales, en 1995 trabajaron una media de 40,5 horas semanales, en 2000 trabajaron una media de 40,5 horas, en 2010 trabajaron una media de 37 horas, en 2015 una media de 37 horas y en 2019 trabajaron una media de 36,2 horas a la semana.
Número medio de horas trabajadas por los hombres desde 1987 a 1995:

Número medio de horas trabajadas por los hombres desde 2008 a 2021:

No parece, por tanto, que antes se trabajaran menos horas que en la actualidad, sino que se han ido reduciendo con el paso de los años.
Cabe destacar también un aspecto importante, y es que no es sólo la cantidad de horas de trabajo sino el sector donde se trabaja, pues no es el mismo desgaste físico un trabajo relacionado con la agricultura o la pesca que uno relacionado con una actividad de oficina, así de este modo también han descendido las horas de trabajo dedicadas a estos sectores.
A finales de los años 80, el número medio de horas semanales dedicado a la pesca estaba por encima de las 50 horas, en los años 90 esta tónica siguió igual y en 2019 el número de horas semanales trabajadas en «Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca» estaba rondando las 40 horas .
Es cierto que aquí entran más actividades, no obstante en los años 80 el número medio de horas semanales trabajadas en «Agricultura, ganadería, caza y silvicultura» era de más de 43 horas semanales. En los años 90, en la misma categoría la media de horas semanales no bajaba de las 44 horas.
En otras actividades como la hostelería, la industria manufacturera, la industria extractiva o la construcción, las horas de trabajo a la semana también han descendido.
Por lo tanto, se trabajan menos horas y en trabajos que requieren un mayor esfuerzo y desgaste físico también se trabajan menos horas.
Ahora bien, pudiera ser que antes se trabajaran más horas pero a cambio de un mayor salario que permitiera a las mujeres poder dedicarse íntegramente al hogar. De esta forma podría llegar a ser verdad que con el salario del hombre se mantenía a toda la familia.
¿Es esto cierto?, ¿las mujeres no trabajaban o apenas trabajaban?, ¿trabajaban pero con menor intensidad y durante menos horas?
Para tratar de dar respuesta a estas preguntas, vamos a utilizar tres variables:
1) La tasa de actividad por grupos de edad de las mujeres.
2) El tipo de jornada en la que trabajaban (parcial o completa).
3) El número medio de horas trabajadas por las mujeres.
Si acudimos de nuevo a las estadísticas del INE, vemos que la tasa de actividad de las mujeres no era precisamente baja entre finales de los años 70 y finales de los años 90:

En 1976 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 51%, la tasa de actividad de las mujeres de entre 20-24 años era del 53,62%, la T.A. de las mujeres de entre 16-19 años era del 48,23%, la T.A. entre los 25-54 años era del 29,31%, y la T.A. total era del 28,8%,
En 1980 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 47%, la T.A. entre los 20-24 años del 54%, la T.A. entre los 25-54 años era del 30%, y la T.A. total era del 28%.
En 1985 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 44%, la T.A. entre los 20-24 años era del 54%, la T.A. entre los 25-54 años era del 35%, y la T.A. total era del 28,5%.
En 1990 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 47%, la T.A. entre los 20-24 años era del 60%, la T.A. entre los 25-54 años era del 47%, y la T.A. total era del 34%.
En 1995 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 42%, la T.A. entre los 20-24 años era del 58%, la T.A. entre los 25-54 años era del 55%, y la T.A. total era del 37%.
Una vez visto y analizado lo ocurrido entre las últimas décadas del siglo pasado, procedemos a hacer lo propio con lo visto en este siglo:

En 2002 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 42%, la T.A. entre 20-24 años era del 56%, la T.A. de las mujeres de entre 25-29 años era del 77%, la T.A. de las mujeres de entre 25-54 años era del 64%, y la T.A. total era del 42%.
En 2010 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años era del 44%, la T.A. entre 20-24 años fue del 61%, la T.A. de las mujeres de entre 25-29 años era del 84%, la T.A. de las mujeres de entre 25-54 años era del 78%, y la T.A. total fue del 52%.
Por último, en 2019 la tasa de actividad de las mujeres de menos de 25 años fue del 34,2%, entre 20-24 años fue del 52%, la T.A. de las mujeres de entre 25-29 años era del 80%, la T.A. de las mujeres de entre 25-54 años era del 82%, y la T.A. total fue del 53%.
Todo esto que hemos visto es en relación a la tasa de actividad de las mujeres (aquellas que trabajan o buscan trabajo), a continuación analizaremos las dos siguientes variables.
El número de horas trabajadas de media a la semana de las mujeres no ha hecho más que descender desde finales de los años 80 hasta el año 2019, en 1987 una mujer trabajaba de media unas 37,63 horas a la semana, en 1990 unas 37 horas semanales de media, en 1995 unas 35,85 horas semanales, en el año 2000 trabajaron una media de 35,5 horas semanales, en 2010 trabajaron una media de 30,9 horas semanales y en 2019 trabajaron una media de 30,4 horas a la semana.
De 1987 a 1995:

De 2008 a 2021:

Por último, vamos a comprobar el tipo de jornada en la que las mujeres han llevado a cabo su actividad:
De 1987 a 1995:

De 2009 a 2020:

La tendencia es clara, las mujeres mayoritariamente han realizado jornadas completas aunque el peso de la jornada parcial ha adquirido mayor importancia desde 1987 hasta nuestros días, pasando de representar el 13,69% de todo el empleo femenino en 1987 a representar el 23,77% en 2019.
Después de ver todo esto, podemos extraer algunas conclusiones, a saber:
- La tasa de actividad en las mujeres ha ido creciendo con el paso de los años, y con mayor intensidad en las mujeres con edades comprendidas entre 25-54 años. Las únicas edades en las que la tendencia es decreciente son en las edades de 16-19 años y las de menos de 25 años.
- Si bien es cierto que la tasa de actividad de las mujeres de entre 25-54 años ha aumentado considerablemente en nuestros días (ya que 8,2 de cada 10 mujeres en esas edades trabaja o busca trabajo), no es menos cierto que la tasa de actividad entre esas edades ya era alta en 1985 (35%), en 1990 (47%), en 1995 (55%) o el año 2002 (64%).
- La media de horas trabajadas por las mujeres ha decrecido sistemáticamente con el paso de los años, pasando de una media de horas trabajadas en 1987 de casi 38 horas semanales a rondar las 30 horas semanales de media en la actualidad.
- La parcialidad en el empleo ha aumentado desde 1987 (13,7%) hasta 2019 (23,7%).
En definitiva, es verdad que en las últimas décadas del siglo XX las mujeres con unas edades comprendidas entre los 25 y los 54 años tenían una menor tasa de actividad, hoy en día la tasa de actividad de estas edades en las mujeres se ha más que duplicado si lo comparamos con 1985, pero eso no quiere decir que durante finales de los años 80 o principios de los 90 esta tasa de actividad fuera precisamente baja, cuando rondaba o directamente superaba el 50%. Lo que sí es una realidad es que las mujeres que trabajan lo hacen durante menos horas a la semana y, en buena parte, porque escogen jornadas laborales más reducidas que en tiempos pasados.
