En los últimos días se ha formado un gran revuelo en la opinión pública en España gracias a un plan que el Gobierno autonómico de Castilla y León había presentado con el fin de favorecer una mayor información a las mujeres que quisieran abortar. Este plan incluía medidas como implantar un protocolo de latido fetal y registro cardíaco, promover el acceso a una ecografía 4D, o garantizar el acceso a la asistencia psicosocial para las mujeres embarazadas que así lo requieran.
Por el momento, parece que el Partido Popular se desmarca de este plan y que no apoyará al partido de Juan García-Gallardo (Vox) en este asunto.
Salga adelante o no dicho plan, esto ha servido para poner nuevamente el foco en el aborto. Esta medida, que no obligaba a las mujeres a tener que dar a luz a sus hijos, sino que buscaba otorgar una mayor información de cara a que supieran exactamente lo que estaban haciendo (igual que ocurre en cualquier operación médica) ha provocado que aquellos partidarios del aborto salgan en tromba a protestar y a mostrar su lado más inhumano.
No faltan los comentarios en Twitter donde los pro-aborto hacen gala de su extrema ignorancia, llamando “conjunto de células” al feto (como si ellos no fueran también un conjunto de células), expresando que ahí no hay ningún ser humano (será que los humanos pueden engendrar algo que no son humanos), afirmando que el feto forma parte del cuerpo de la mujer (como si fuera un pulmón o el corazón), etc.
Lejos de entrar en estos debates, en los que está perfectamente clara la postura correcta, en este artículo vamos a mostrar las cifras del negocio del aborto y las ingentes cantidades de dinero que ganan (y han ganado) las distintas empresas con esta tragedia humana.
En el año 1985 entró en vigor en España la legalización del aborto a través de la Ley Orgánica 9/1985 que establecía tres supuestos para la realización de este proceso:
- En cualquier momento si existe «un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada».
- En las 12 primeras semanas en caso de violación.
- Dentro de las 22 semanas si el feto va a nacer con «graves taras físicas o psíquicas».
Con esta despenalización del aborto (que anteriormente estaba condenado bajo el mandato de Franco) se sucedió un proceso vertiginoso de abortos que llega hasta nuestros días.
Al aborto se lo suele denominar comúnmente como IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), aunque aquí reside, como mínimo, una trampa. La primera es que no se interrumpe nada, pues algo que se interrumpe puede volver a su actividad normal después de la pausa. Cuando usamos el término “interrumpir” damos por hecho que esa acción que se ha detenido (hablar, leer, trabajar, etc.) va a continuarse después. Por otro lado, el aborto no es “voluntario”, puesto que cuando una mujer está embarazada no lo está de un riñón, de un hígado o de un parásito, lo está de un ser humano que tiene un código genético totalmente distinto al de la madre o el padre, es un ser independiente. Cuando hablamos de un embarazo hablamos tanto de una madre como de un hijo, no es que el embrión o el feto (dependiendo del momento del embarazo) pertenezca al cuerpo de la madre, es que es una vida humana. Por tanto, cuando se habla de un proceso “voluntario” se está hablando única y exclusivamente de la voluntad de la madre, no del feto, el feto no quiere morir. Decir que un aborto es algo voluntario está al nivel de decir que el asesinato de un sicario es también voluntario porque el sicario consiente, aunque la víctima haya expresado que no quiere ser asesinada.
Así pues, desde el año 1986 hasta el año 2021, se han producido en España la friolera de 2.664.329 abortos, llegando a superar la cifra de 90.000 abortos al año durante 16 años o la ingente cantidad de 100.000 abortos durante 8 años consecutivos, así podemos verlo:
Más de 2,6 millones de vidas humanas han sido arrebatadas en el momento más vulnerable de su existencia, en un lugar donde se supone que uno va a curarse y no a ser asesinado, y por un profesional que está para salvar vidas y no para robarlas.
En este otro gráfico podemos ver la comparación entre los nacimientos y los abortos desde 1986:
Es desalentador comprobar cómo, al tiempo que los nacimientos caen estrepitosamente, los abortos se mantienen en cifras superiores a los 90.000 al año desde el 2005.
Si tenemos en cuenta los nacimientos y los abortos desde el año 1986, comprobaremos como el 18% de los niños concebidos han sido abortados. Es decir, a casi una de cada cinco vidas concebidas no se les ha permitido nacer. Si fijamos la fecha comparativa desde 2009, veremos que el 24,3% de las vidas concebidas han sido abortadas.
El negociado del aborto se ha ido extendiendo más y más desde su aprobación, así pues, si en el año 1992 existían en España 87 centros abortivos, en la actualidad esa cifra se eleva a los 210 centros.
Veámoslo de manera más gráfica:
Tal y como se ilustra en el gráfico, desde el año 1992 el número de centros abortivos ha crecido un 141%, y un 53% desde el año 2008. Unas cifras que muestran el gran negocio que supone el aborto para las distintas empresas que se dedican a esta práctica.
Si cada vez hay más centros donde se abortan seres humanos, eso quiere decir que se trata de un negocio rentable, ya que de no serlo no tendría sentido que abrieran nuevas clínicas cada año.
Antes de abordar la cuestión de “cuánto dinero ganan las empresas con esto” , conviene precisar dos cosas:
La primera es que la inmensa mayoría de los abortos son practicados en centros privados, más de un 90% desde 1990.

La segunda cuestión es que, a falta de datos de los propios centros abortivos en los que muestren el beneficio que obtienen con esta práctica, hay que recurrir a los precios que establecen estos centros para cada “servicio”.
Según distintos centros y organizaciones abortistas, se establece un precio aproximado de 350-450 euros por aborto antes de la semana 12 de embarazo. Un precio que va en aumento conforme se va acercando el momento de dar a luz.
Si tomamos como referencia esos 350 euros (siendo muy prudentes) y teniendo en cuenta que en el año 2021 se produjeron 90.189 abortos, comprobamos que este negocio generó unos ingresos por valor de 31,56 millones de euros el año pasado.
No obstante, si multiplicamos los 2,66 millones de abortos realizados desde 1986 y los 350 euros que cuesta una operación, vemos que el negociado del aborto ha generado más 930 millones de euros en ingresos desde su despenalización. Teniendo en cuenta que el coste de abortar se ha ido abaratando con los años, y que el precio de 350 euros no es el único sino que es el más común (ya que puede llegar hasta los 900 euros o superar los 1.000 euros), podemos decir sin miedo a equivocarnos que el negocio del aborto ha generado más de 1.000 millones de euros en ventas para los centros abortivos desde 1986.
Unas cifras de abortos y unas cantidades de dinero que únicamente pueden producir vergüenza, dolor y tristeza para cualquier persona que tenga un mínimo de aprecio por la vida humana, y más por aquellas vidas humanas que son las más inocentes y frágiles.
Todo esto debería llevar a replantearnos muchas cosas como sociedad, pues si los sacrificios humanos que realizaban los aztecas hace 500 años en nombre de sus falsos dioses nos parecen una locura, porque lo era, no deja de ser menos locura el sacrificio sistemático que se produce en nuestros días en nombre de la libertad sexual de las mujeres.
